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El médico certificó que presentaba erosiones y hematomas varios.

En el establecimiento rural, donde estaba el agresor también se encontraba un hijo de éste, menor de edad.

La portera del perímetro estaba abierta y la finca se encontraba con luz.

Desde el campo, el indagado advirtió al personal que se retirara del lugar, efectuando tres disparos.

Ante la situación y la escasa visibilidad, los policías optaron por retirarse para evitar un mal mayor, debiendo uno de los móviles quedar abandonado al enterrarse en el barro.

Un familiar del agresor se hizo presente y logró retirar al adolescente de la vivienda, quien no presentaba lesiones.

A la mañana siguiente, para ingresar a la finca donde esta persona se encontraba atrincherada, la policía del vecino departamento solicitó el apoyo de los equipos tácticos de la Dirección Nacional de Guardia Republicana, que junto con el personal de GRT- Pado, operaron para el manejo de la situación.

Concretado el despliegue se logró la detención del indagado en las cercanías, cuando intentaba darse a la fuga.

En el interior de la vivienda fueron incautadas varias armas de fuego, incluyendo una escopeta Cal. 12; una pistola Beretta 9 MM, un rifle calibre 223; una pistola marca Bersa 22, un rifle Cal. 22, una pistola Colt y un pistolón antiguo.

A esto se suma más de 300 municiones de diversos calibres, pólvora, una recargadora, y complementos de diverso calibre para la fabricación de más municiones, lo que fue registrado por personal de Policía Científica.

Finalizadas las instancias respectivas, la Justicia Letrada de 2do. Turno de Rocha formalizó a J.M.R.C.C., de 42 años, por “un delito de violencia doméstica agravada, uno de atentado agravado, tráfico de armas de fuego y municiones y lesiones personales, todos ellos en régimen en reiteración real”.

Se le impuso prisión preventiva por noventa días, mientras continúa la investigación.