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Mary Teresita Goicoechea García de 74 años, fue ultimada de 12 puñaladas por uno de sus nietos, un joven de 28 años adicto al consumo de distintos tipos de drogas y de una vida sentimental absolutamente inestable. El impactante caso quedó resuelto en poco más de 48 horas por efectivos de la seccional 11ª de Piriápolis a cargo del comisario Raúl Eula, y de la Dirección de Investigaciones de la Policía de Maldonado.
El jueves muy temprano en la mañana, el muchacho identificado como ISB, sin antecedentes de ningún tipo, llegó al apartamento que alquilaba su abuela materna, ubicado en la céntrica calle Gregorio Sanabria casi rambla de los Argentinos, en Piriápolis, luego de una de tantas noches donde el consumo de drogas y alcohol había sido la constante de sus actividades.
Llamó a la puerta del apartamento de su abuela, como otras veces para pedirle algo de dinero, a pesar de que la mujer no contaba con demasiados recursos; ella al reconocerle la voz le franqueó el pasó, estando aún vestida con un camisón. Allí comenzó una discusión relacionada con la vida que llevaba el joven, alejada totalmente de la del resto de los integrantes de su familia, toda muy conocida y apreciada en la zona; el muchacho estaba “fisurado” y no fue necesario demasiado reproche de su abuela para que “se sacara” y decidiera empujarla para luego maniatarle las manos con el cable de un radiograbador, mientras le exigía dinero y le recriminaba la forma en que lo trataba a diferencia del resto de sus nietos.
Fuera de control, el muchacho tomó un cuchillo de mesa y amenazó a su abuela hasta que comenzó a provocarle algunas heridas en el pecho y el cuello, cuando ésta logró zafar de las ataduras una de sus manos para intentar llegar a su teléfono celular. Fue suficiente para que ISB descargara toda su ira contra la indefensa mujer, para proferirle un total de 12 puñaladas y cortes que terminaron con su vida en pocos minutos. El muchacho, salió del apartamento llevándose el arma homicida (un pequeño cuchillo de mesa), además del monedero y el teléfono celular de la madre de su madre, para intentar despistar a los investigadores. Al salir cerró el apartamento y se llevó las llaves que luego tiró en un terreno baldío a pocas cuadras en la rambla de los Argentinos; el resto de las cosas las arrojó al mar.
Mary Goicoechea fue encontrada por familiares en el entorno de la hora 21.30 del jueves, en medio de un charco de sangre y ya sin vida, tal cual lo narrara días atrás FM GENTE.
Apenas comenzaron las investigaciones este nieto de la infortunada mujer, fue el primero en ser detenido, justamente porque se supo rápidamente de su condición de adicto a las drogas, flagelo del que sus padres quisieron alejarlo en plena adolescencia. De vida irregular, desordenada, y caracterizada por sucesivos noviazgos y vida en pareja que nunca prosperó, ISB fue sumiéndose en un territorio sin salida; su abuela permanentemente le recriminaba ese modo de vida, y él comenzó a sentirse rechazado. Todas esas cosas salieron a luz el jueves a la mañana cuando optó por ultimar tan salvajemente a su propia abuela.
Múltiples testimonios confirmaron que lo habían visto en el edificio donde vivía su abuela el día del crimen. Luego las pruebas de luminol llevadas adelante por personal de la Dirección Nacional de Policía Técnica, resultaron contundentes ya que en su calzado deportivo y en sus propias manos aparecieron rastros de sangre de su abuela.
Reconoció primero que había ido hasta el edificio “Rambla II” a consumir droga, pero negaba haber matado a su abuela; en las últimas horas de este viernes terminó derrumbándose y ante los atónitos efectivos de Investigaciones confesó absolutamente todos los extremos de un caso estremecedor, producto del consumo de las malditas drogas.
Ayer a media tarde y luego de una comparecencia que se prolongó por varias horas, la jueza subrogante de 4º turno, doctora María Elena Maynard, lo procesó con prisión por el delito de homicidio especialmente agravado. Fuentes confiables indicaron a FM GENTE que el caso podría ser reabierto, ya que se estudiaría la ampliación de la pena, habida cuenta de lo alevoso del ataque, perpetrado contra una mujer de 74 años, enferma, maniatada y que además era su abuela.
El joven, amigo del asesino, que había sido detenido en Montevideo y trasladado a Maldonado, recobró su libertad ya que se comprobó que no tuvo nada que ver en el horrendo caso.
Redactado: R.A.