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Cantor popular por excelencia, Guarany afirma que encuentra en el pueblo uruguayo algo del chaco santafecino y del humilde pueblo del litoral argentino donde pasó su infancia. Este mes cantará por segunda vez en Pan de Azúcar, que le gusta "como todos los pueblos", porque le gusta la gente. “En todas partes hay buena y mala gente. Y los malos, a veces, lo son porque la sociedad los obliga a ser malos para defenderse. Y aunque también hay malos de entraña, que nacen malos, siempre hay gente buena”, reflexionó, rodeado por un grupo de periodistas.

Tras haber vivido en varios países y recorrer Uruguay “desde Rivera a Rocha” durante buena parte de sus 60 años de carrera musical, Guarany se declara como “un buscador de amigos, porque un hombre solo es medio hombre”. Y los uruguayos tienen un lugar importante en esa búsqueda. “El oriental ha conservado su costumbre. Buenos Aires y muchas ciudades de mi país se han ido cambiando, se han ido deformando y adquiriendo más sentimientos de europeo. Y Uruguay conserva ese sentimiento bien oriental que es lo que me gusta a mí”, afirmó.

EL ANTÍDOTO MUJICA

Está feliz en Uruguay, dice. Y “orgulloso porque el pueblo oriental ha sabido encontrar un hombre como Mujica para que conduzca los destinos. Un hombre que peleó, no de palabra, sino aguantándoselas en las buenas y en las malas”, elogió. “Lo mejor que podía haber hecho el Uruguay es llevarlo al gobierno. Ahora hay que apoyarlo, acompañarlo no por chupamedias, no para conseguir puestos y beneficios, sino para que saque al Uruguay esa ponzoña que le metieron los malos uruguayos que no supieron defender la identidad nacional”, aconsejó el artista.

Guarany fue obligado al exilio en 1974 y volvió cuatro años después, para resistir hasta el retorno de la democracia aunque la dictadura prohibió su arte y llegó a ser atacado con bombas. Ahora observa Guarany que tantos malos gobiernos no solo empobrecieron al Uruguay sino también a su país y a otros que “son hermosísimos y riquísimos”. “Los fueron empobreciendo los errores, no odio a nadie, creo que se han equivocado. Ahora vamos a ayudarlo (a Mujica) a corregir los errores. Y que salga Peñarol campeón”, remató el cantante, asumido hincha aurinegro y de Boca Junios argentino.

LA MENTIRA DE LAS ELECCIONES

“Si fuera político me echarían al segundo día”, respondió Guarany, consultado sobre esa posibilidad. “A veces la política no está hecha por gente sincera. La mayoría primero piensa en ellos, después en el partido y después en el país”, comentó.

De hecho, cuestionó al sistema político desde “que se usa la tremenda mentira de que las elecciones son democráticas. Es una, una infamia, porque no puede ser una elección democrática desde el momento que para ganar hay que tener 20 millones de dólares para una campaña, porque si no hay plata para propaganda no lo vota nadie”.

EL CANTOR QUE NO CALLA

Además de cantar, Guarany compuso bandas sonoras para películas, actuó en varios largometrajes y hasta publicó novelas. Sigue escribiendo como “una forma de descansar” pero el canto es una pasión que no piensa abandonar. “El canto me quiere dejar a mí, pero yo mierda lo voy a dejar. Muchas veces me despedí. Me dirán mentiroso, pero no puedo. El canto es como esa mujer que te agarrás un metejón y te separas porque le metiste los cuernos, se enojó y te echó, pero después vuelve. El canto es así, no sé hacer otra cosa”.

Autor de unas 600 canciones, recordó que una fue dedicada la voluptuosa vedette del candombe uruguayo: “A Rosa Luna le hice una canción porque no le podía hacer otra cosa, tenía ganas de hacerle de todo”, comentó, a risas.

Guarany permanecerá en el departamento hasta su actuación en el festival “Dulce Corazón del Canto”, que se realizará en Pan de Azucar el 18, 19 y 20 de este mes con la participación de otros destacados cantantes populares de la región.