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Días atrás, tres internas de un hogar del INAU atacaron a otra y le provocaron serias lesiones al punto que dos resultaron “procesadas” por infracciones equivalentes a lesiones graves y otra por tentativa de homicidio. Esta última, la más violenta, padece trastornos mentales y –según admitió el jerarca- tiene recomendación de recibir tratamiento psiquiátrico.

Este incidente se sumó a otros de chicos que requieren atención en salud mental y por eso Barboza se reunirá este viernes con autoridades y equipo médico del centro de salud fernandino y del Psiquiátrico de San Carlos, con vistas a mejorar esa asistencia.

"Queremos ver cómo podemos seguir mejorando la atención no sólo de los adolescentes y de los niños que están, lamentablemente, internados en el INAU porque el mundo adulto no ha podido cuidarlos, o los ha descuidado directamente, sino con todos los niños y adolescentes del departamento de Maldonado", dijo.

Además, anunció la próxima apertura de un centro de alta complejidad “para trabajar con adolescentes que tienen problemas actitudinales importantes”. El centro favorecerá el tratamiento de “aquellos adolescentes que tienen dificultades para convivir con otros. (…) Lo importante es que el dispositivo funcione y es a corto plazo, estamos hablando que sobre fines de abril estamos abriendo ese centro”.

Barboza dijo que ha conversado con la Justicia y la Jefatura de Policía porque eso requiere una “logística importante” de ambos órganos, para poder trabajar con un grupo pequeño de adolescentes. Enfatizó que los conflictivos son una minoría en el universo atendido por INAU en Maldonado.

El jerarca informó que en ocho meses hubo 83 internaciones a nivel departamental, un promedio superior a diez chicos por mes. En total, “estamos hablando de 102 adolescentes de los cuales tres o cuatro tienen dificultades. Estamos hablando de menos del 3% o 4%; no es un problema de peligrosidad, la peligrosidad es una construcción que hacemos” los adultos, advirtió.

Por eso insistió en que el problema no se mide por la “peligrosidad” de los chicos sino por la complejidad de su situación en la convivencia con otros internos. “Hablamos de situaciones complejas y tenemos que estar a la altura de ellas y poder resolverlas”.

ASUNTO DE SALUD MENTAL

Pese a la violencia ejercida por la adolescente de 14 años que, junto a otras dos, atacó a otra chica de 13 años, Barboza enfatizó que la violencia no es un problema generalizado sino que se circunscribe a 3% o 4% de adolescentes que él califica “con dificultades”.

De hecho, Barboza contó que la protagonista de ese hecho había intentado suicidarse días antes. “¿Qué significa esto? Que si bien hoy estamos visualizando a alguna adolescente como peligrosa, esa adolescente hace 10 días estaba diciendo: yo en estas condiciones no quiero vivir más”, expuso. Y agregó que esa chica tenía orden de internación de clínica de agudos del hospital.

“Estamos hablando de mucho sufrimiento, cuando se llega a INAU, a que lo cuide INAU, sus trabajadores, se llega con muchísimo dolor”, aseguró. Completó que “desde ahí se trabaja y desde ahí se va construyendo; muchos adolescentes enfrentan aminos muy interesantes, y muchos van construyendo posibilidades” de salir adelante.

LO MISMO CON LOS INFRACTORES

Barboza comparó estas situaciones críticas con “el problema de los infractores; los infractores no llegan al 1% de los adolescentes del país; estamos ubicando la peligrosidad en los jóvenes, cuando en realidad ni siquiera de cada 100 no llegamos a uno que genere conflictos con la ley”.

“Estamos abajo del 1%, el tema es que hay que estar a la altura de los problemas de ese menor, ese número de menores del 1% y seguir acompañando al otro 99% a que pueda construir su futuro”, fundamentó.

Dijo que “esa es la responsabilidad que tenemos los adultos, que los adolescentes puedan construir su futuro, y nosotros tenemos que asegurar eso; y si los adolescentes no pueden construir su futuro, es responsabilidad de los adultos, y no de los adolescentes”.

(foto: El País)