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Bistiancic aclaró que la información que estaba dando no surgía de un relevamiento formal y riguroso, sino de las estimaciones que están teniendo los agentes inmobiliarios sobre la marcha de los negocios este año. “Hay inmobiliarias que no trabajaron ni la mitad que el año pasado”, dijo.

Explicó que el turista argentino que llega al balneario con intención de alquilar o comprar, este año enfrenta “complicaciones importantes”, todas referidas a las medidas adoptadas por el gobierno de la presidente de ese país, Cristina Fernández de Kirchner, que impiden a sus compatriotas adquirir dólares para viajar al exterior salvo que justifiquen el gasto de forma detallada.
La nueva realidad argentina hace que estos lleguen a Uruguay con pesos de su país, los que han generado una sobre oferta en la plaza uruguaya y provocado una caída de su valor, o, lo que es lo mismo, de su capacidad de compra de bienes y servicios.

Bistiancic explicó que, en promedio, el peso argentino el año pasado estaba en 3,40 pesos uruguayos, y este año se paga 2,50 pesos uruguayos por el cambio de monedas.

Estimó el acuerdo tributario alcanzado por los gobiernos de Argentina y Uruguay como otro factor distorsivo del mercado inmobiliario de Punta del Este este año. Dijo que ese acuerdo influyó retrayendo la decisión de los argentinos a gastar o invertir en Punta del Este, porque los hace sentir que están siendo observados por la oficina recaudadora de impuestos de su país, la AFIP.

El empresario y titular de una de las gremiales inmobiliarias, mencionó el estado del tiempo como otro factor que está restando demanda este año. Dijo que el año pasado en esta misma época, el tiempo fue mucho más estable y predecible, en tanto este año se ha soportado una sucesión de temporales que podría haber retraído la demanda de Punta del Este.

Bistiancic mencionó lo que consideró “un fenómeno”, en la oferta y demanda que está habiendo por alquileres y compras en Punta del Este a través de Internet. Si bien esa novedad en las operaciones significa un trato más directo entre propietarios y clientes que saltea a las inmobiliarias, Bistiancic añadió que “hay pocas concreciones” de negocios de acuerdo al volumen de oferta y demanda que se ha generado.

Estimó que las inmobiliarias de Punta del Este estén manejando menos del 20% del mercado del sector este año, pero apuntó que este no es un fenómeno nuevo, sino que se ha ido agravando desde que se les instituyó la calidad de agente de retención de impuestos en las operaciones por propiedades, tanto en alquiler como en venta.

“Esto lo saben las autoridades (nacionales), se lo hemos dicho a la gente de la DGI (Dirección General Impositiva), y le hemos señalado que con esa decisión (de que las inmobiliarias sean agentes de retención) impulsaron el crecimiento del negocio informal en el sector”, completó.