El préstamo de 850 millones de pesos fue pedido por la Intendencia para cumplir con salarios y proveedores. Los ediles nacionalistas dedicaron extensas exposiciones a fustigar la gestión económica de la administración De lo Santos. Por la bancada oficialista solo habló Ruben Toledo. A las 02.35, finalmente, con 25 votos en 28 (9 del PN) la Junta Departamental votó la anuencia a la línea de crédito.
Los ediles nacionalistas no ahorraron críticas, acusaciones y cuestionamientos al período que finaliza en la administración de los fondos públicos. Acusaron a Óscar de los Santos de mentir, de gastar mal, de fundir a la Intendencia. No obstante, invocando “responsabilidad” para permitir el cumplimiento de las obligaciones con funcionarios y proveedores, 9 curules del PN prestaron su voto afirmativo.
En contra votaron los ediles Julio García, Elizabet Arrieta y Gradys Scarponi, del Partido Nacional. Ellos también alegaron una actitud “responsable” y señalaron que el voto negativo fue meditado y una “decisión difícil”. Las principales críticas pasaron por lo que ellos entienden como una mala distribución de los recursos comunales en un período favorable en recaudación. También cuestionaron duramente los “cambios” en la posición respecto del déficit de los jerarcas de la Intendencia. Principalmente de De los Santos.
Elizabeth Arrieta, al fundamentar su voto negativo, adujo no conocer la composición del déficit. “¿Por qué hay déficit? ¿Dónde se gastó mal? No lo sabemos”, esgrimió. Magdalena Zumarán alegó que hasta el 2008 el déficit se mantuvo, por lo que concluyó que existió “carnaval electoral”. Dijo que este préstamo es “darle oxígeno a una empresa fundida” y votó afirmativo.
Guillermo Moroy coincidió en que los gastos se incrementaron significativamente en 2008 y las “obras no se hicieron”. También acusó a la Intendencia de “falta de transparencia” por no responder los numerosos pedidos de informes que realizó él y sus correligionarios. Dijo que la Intendencia “se fundió” y para el mes de julio “no hay plata” para cumplir con los pagos.
“A los proveedores se les está debiendo 234 millones de pesos. No se les paga. Es una responsabilidad que es muy grande porque si no se hace algo el departamento se va a encontrar en un par de meses en una situación que es muy grave”, consideró Moroy y justificó así su voto afirmativo.
El edil Rodrigo Blás, utilizó su tiempo como miembro informante y expuso durante 25 minutos de corrido. Basándose en citas a De los Santos en medios de prensa, dijo que en 2007 el déficit estaba en 9 millones de dólares, en 2009 en 14 millones y “al día de hoy hay 50 millones y ni un peso en caja”. “Acá el déficit se generó en los últimos seis meses”, señaló.
También se dirigió expresamente a la figura de Óscar de los Santos, de quien consideró que “no da la cara” para explicar los números de la Intendencia. Blás cuestionó duramente los gastos en publicidad y en “apurar” obras sobre el final del período, y pidió cambios en la Dirección General de Hacienda, donde el intendente electo ya confirmó la continuidad de Pedro González.
Quien habló por la bancada oficialista para defender la posición de la administración fue el experimentado edil Ruben Toledo. Negó que la Intendencia esté fundida. En todo caso, puntualizó, si fuera así se trataría de “una empresa fundida de por vida”. Toledo puso énfasis en el déficit acumulado que se arrastra en las arcas municipales desde las primeras administraciones al regreso de la democracia.
Toledo negó que exista un defasaje en la proyección del presupuesto. “Este es un ejercicio donde se ha recaudado menos de los proyectado”, dijo Toledo y defendió su afirmación con las cifras que maneja la Dirección de Hacienda.
Asimismo, recordó que en otros períodos se debió recurrir a préstamos similares. Remarcó además, que los blancos antes de irse, “liquidaron todo”. Toledo reconoció el déficit. “No lo voy a desconocer”, afirmó. Sin embargo, fue muy vehemente en aclarar que la administración saliente “no aumentó el déficit”. “No lo bajamos pero no lo aumentamos”, enfatizó.
El edil argumentó que se trata de saldos negativos en los fondos municipales que vienen de administraciones anteriores y calificó como “barbaridad” atribuir este hecho a una política de esta gestión.
Finalmente, sobre las 02.35 de la madrugada, con 25 votos en 28 se votó la anuencia para que la Intendencia pueda acceder a una línea de créditos bancarios de 1.915.000 UR, que son algo más de 850 millones de pesos.