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Agregó que, por ese motivo, la floración de cianobacterias se observa fundamentalmente en la época estival. Y si a eso se suma que el cuerpo de agua recibe fuertes aportes de nutrientes, es la combinación ideal para que se desarrolle”, agregó.

Mazzeo indicó que los que se está viendo este año “es el resultante de procesos que corren tanto en la cuenca del Río Uruguay y del Paraná. Y en particular por las grandes precipitaciones que hemos tenido en la transición primavera-verano y en el propio verano. Lo que estamos viendo aquí son floraciones que acampan el desplazamiento de grandes masas de agua” que recorren “básicamente la mitad de América del Sur. E imagínese en esas cuencas drenando todos los parte se la agricultura, ganadería, la falta de tratamientos adecuados en los centros poblados. Todo eso termina influyendo en el fenómeno que estamos viendo”.

El científico consideró que en el futuro cercano, entre cinco y 10 años, “lo más probable es un aumento de estos eventos en el verano. Si se analiza, la recurrencia de floraciones en el Rio de la Plata viene en una tendencia creciente. Y también las respuestas… No hacemos muchos años que contamos con una bandera en el cuerpo de guardavidas anunciando la presencia de cianobacterias”.

“Eso es lo que nos está señalando, claramente, que es un fenómeno que viene el aumento en su ocurrencia”, añadió.

“Todo hace suponer que es un fenómeno que llegó para quedarse y aumentar en frecuencia”, destacó.

También consideró que lo más natural es que los sistemas que hoy se encargan del control de la “marea roja” pasen a controlar el monitoreo y sistema de floraciones de cianobacterias. “Una parte de esto ya está en marcha, Por ejemplo, en el caso de la Intendencia de Montevideo tiene un sistema desde hace muchos de vigilancia que no sólo contabiliza y mide su abundancia, sino que identifica las cianotoxinas conocidas”, explicó.