La Justicia de Maldonado realizará este martes una inspección ocular en el Batallón de Ingenieros Nº 4 de Laguna del Sauce, en el marco de la investigación del caso de Francisco Chocho, militante nacionalista de Maldonado, detenido y muerto en ese lugar en 1972. Fuentes del caso señalaron a FM Gente que están citados militares y también testigos que afirman que Chocho murió por torturas y no “por causas naturales”, como certificó el forense de la época.
El asesinato de Chocho fue denunciado en 2009 ante la Justicia, entre otros, por la edila Beatriz Jaurena (PVP), cuando actuaba el juez Federico Álvarez Petraglia en la sede penal de segundo turno.
En los últimos meses la fiscal Stella Llorente y la jueza Adriana Graziuso han tomado declaraciones a varios testigos que contradicen la versión del forense que certificó la muerte de Chocho “por causas naturales”.
Ambas buscan establecer si el militante nacionalista murió “por causas políticas” o por “exceso de represión”, señalaron a FM Gente fuentes del caso. Por eso esta tarde la jueza Graziuso se presentará en un edificio del batallón donde, según testigos, se aplicaban las torturas durante la dictadura militar.
La magistrada intentará reconstruir la situación descrita por los detenidos sobrevivientes, por lo cual están citados varios denunciados y testigos.
"MATARON AL TAXISTA"
Francisco “Negro” Chocho fue el primer asesinado en el Batallón de Ingenieros de Combate N°4, antes del golpe de Estado. Además de militante del Partido Nacional, fue peluquero, pescador, taxista y comerciante, recordó alguna vez el semanario digital El Carolino.
“Era un personaje de la noche en Maldonado, y tenía varias amistades en el partido de sus amores, el blanco, entre ellas Mario Heber y Alberto Gallinal”, escribió, por su parte, el periodista Guillermo Garat, en una crónica publica años atrás por La Diaria.
Diversas crónicas coinciden en señalar que Chocho fue secuestrado en noviembre de 1972, mientras lijaba un auto para pintarlo, luego que un detenido vinculó al taxista con una operación de narcotráfico.
Fueron llevados al batallón Nº4 donde estaba, desde mayo, la militante tupamara Gloria Etcheveste. “Oyó que le aplicaban ‘el submarino’, lo tiraban al suelo y lo pateaban, hasta que en un momento cesaron las quejas de la víctima y comenzó el alboroto en la oficina donde realizaban la tortura, con oficiales que venían y se iban”, señala Garat, en su crónica de La Diaria.
No obstante, la partida de defunción indica que la muerte se debió a una “embolia cerebral”.
La edila Beatriz Jaurena, quien presentó la denuncia del asesinato que ahora se investiga, entiende que no se debió a móviles políticos. “En Maldonado se presume que Chocho podía tener alguna deuda con alguien del Batallón, o que había andado
con la mujer de algún gorila. Se presume, no se sabe”, escribió Garat.
El cuerpo de Chocho fue entregado a su hijo, Francis, “en medio de un importante despliegue militar”. Entre los represores a cargo de esa tortura se encuentran varios vinculados a la tortura, muerte y desaparición de Horacio Gelós Bonilla.
(foto: La Diaria)