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Un artículo titulado “Brasil El crucero del horror”, reproduce las declaraciones de Kirschke, quien afirma que todo lo que él denuncia ya fue tomado por el presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Senado de su país, Paulo Paim, que está citando a testigos de estos casos, entre ellos, él mismo.

“El contrato que firman estos jóvenes dice que recibirán una retribución de aproximadamente 1.600 dólares mensuales”, dice el artículo adjudicándole la afirmación a Kirschke. Aunque no pone en duda que ese salario sea pagado, se puntualiza que son las remuneraciones máximas para tareas especializadas. El común de las tripulaciones reciben un sueldo mínimo de 800 dólares (unos 15.600 pesos uruguayos).

A cambio de esa paga, dice que “la realidad es que esto termina siendo un trabajo esclavo porque deben hacer jornadas de 14 y 16 horas diarias, sufriendo en muchos casos asedio moral, asedio sexual y mal trato en general”. “Incluso hay versiones que se están investigando acerca del caso de que una empleada brasileña se habría suicidado arrojándose al mar cerca de la costa de Italia”, agregó.

“Otro caso referido por la hermana de la víctima es el de una chica que fue desembarcada en el puerto de Santos, en Brasil, e internada en un hospital; presentaba sangrado por todos sus orificios y finalmente murió”, dijo, reproduciendo testimonios que se están tomando en el Senado de Brasil a través de la Comisión de Derechos Humanos.

“En Brasil ya se ha generado una gran cantidad de problemas con las empresas que contratan personal para trabajar en los cruceros. Ellas atraen gente joven, especialmente chicas, pero no sólo, que es entrenada en cursos rápidos para desempeñarse como baby-sitters, camareras, recreacionistas, mozos, personal de cocina, de limpieza”, cuenta Kirschke, citado por Tercera Información.

Agrega que “también hay testimonios de una joven que habría sido asesinada a bordo del crucero pero sin que posteriormente se realizara la investigación correspondiente”.

DEBAJO DEL LAUDO Y UNA TRETA

Un fenómeno que se está registrando es que, según una denuncia de la Federación Nacional de Trabajadores en el Transporte Marítimo y Afines de Brasil, hay personas que aceptan trabajar por menos de los 800 dólares ofrecidos como mínimo. Además, aseguran que hay trabajadores de Filipinas que aceptan realizar las mismas tareas por 300 dólares (5.850 pesos uruguayos).

En Brasil hay una ordenanza general que establece que cualquier embarcación que permanezca por más de 60 días corridos en aguas brasileñas debe sujetarse a las leyes laborales de ese país.

“La realidad es que cuando está por cumplirse el plazo los cruceros se van a dar una vuelta por Montevideo, pasan por Punta del Este, se ausentan dos o tres días y recomienzan la cuenta desde cero”, para no verse obligados a cumplir con esas normas, dijo Kirschke.

“Es una treta, un artificio para evadirla”, aclara, por si no fue entendido.
zl
Foto: Tercera Información