Wanda Colman murió a los 19 años, en enero pasado, embestida por una camioneta mientras ingresaba en bicicleta a la ruta interbalnearia desde La Capuera.La tragedia desencadenó manifestaciones vecinales y enfrentamientos. Pero también derivó en que varios jóvenes del barrio se hayan convertido en agentes de seguridad vial. Una experiencia inédita en el país.
En La Capuera, amigos, familiares y vecinos de Wanda Colman se movilizaron y protestaron durante días en reclamo de medidas para que los vehículos respeten el límite de velocidad en la ruta, junto al centro poblado. Y entre las que finalmente lograron acordar con la intendencia de Maldonado y el Ministerio de Transporte, llama la atención la Escuela de Tránsito que funcionó como plan piloto, de forma inédita en el país, todos los sábados de los últimos meses en el barrio.
El director de Tránsito y Transporte de la Intendencia, Víctor Madeiro, la destaca porque fue una propuesta de asistencia voluntaria, porque la mayoría de los que respondieron son jóvenes, porque hubo charlas acordes a las características del barrio ubicado junto a la ruta y porque este sábado saldrán los primeros egresados.
"Partimos de un hecho muy desgraciado y logramos canalizar la bronca y salir adelante", reconoció Madeiro. "Son casi todos jóvenes que podían haber destinado ese rato a ver a los amigos o jugar al fútbol. Sin embargo, en una sociedad que tanto castiga a la juventud, ellos se comprometieron a asistir", destacó.
De los 26 que se inscribieron, 15 completaron la currícula del curso, salvaron el examen de conocimientos y mañana sábado recibirán sus diplomas. Para Madeiro "lo más importante es el compromiso en un barrio que tiene muchos conflictos vinculados a su enorme desarrollo y destacar que mayoritariamente son gente joven, chiquilines que se preocuparon por la situación del barrio pero que podrán contribuir a lo que es la convivencia".
Nueve inspectores de Tránsito y una maestra del MTOP se encargaron de enseñar conceptos vinculados al cuidado personal, la importancia de usar el casco, el cinturón y las luces, recomendaciones sobre el estado de los vehículos, conceptos generales de tránsito y métodos para ayudar a los pobladores a cruzar la ruta con menos riesgos, entre otros temas.
"La premisa es que no haya más víctimas de siniestros. Al principio llegaron personas con muchas inquietudes y planteos y buscamos que miraran el tema más ampliamente. Que la solución puede partir de cada uno y que los íbamos a capacitar para que a su vez ellos lo transmitieran a sus conocidos", contó Matías Pini, uno de los nueve inspectores a cargo de la tarea.
Si bien admitió que la inseguridad vial no se soluciona de un día para otro y que hay otras medidas acordadas para la zona a raíz de la muerte de Wanda Colman (como un puente elevado para peatones y un radar permanente para control de velocidad), Pini consideró que la gran receptividad de los alumnos constituye un comienzo. Y cree que seguramente lo que aprendieron en estos meses servirá para concientizar a la población del barrio, mientras las autoridades cumplen con lo prometido.
mr
(foto: archivo El País)