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Este sábado volvió a ser trasladado a la sede penal de 4º turno, donde tras una audiencia de más de cuatro horas, fue procesado con prisión, por el juez Gabriel Ohanián.

El profesional, en ningún momento reconoció la autoría del asesinato, pero la Justicia encontró méritos suficientes basados en los peritajes y recreaciones realizadas después del crimen, en marzo de 2003.

HISTORIA DE UN CRIMEN QUE PUDO SER PERFECTO...


El 19 de noviembre del año pasado, se confirmó la detención en Río de Janeiro, por parte de Interpol-Brasilia, del médico forense fernandino, Héctor Volonté Pelúa de 51 años, requerido por la Justicia Penal de Maldonado desde 2005, como el principal sospechoso del homicidio de su compañera, María Mercedes Rodríguez, de 26 años.-

Desde entonces, por disposición del ministro del Supremo Tribunal Federal de Brasil, José Antonio Díaz Toffoli, estaba sometido a arresto administrativo, hasta que se conoció la noticia de que el STF de Brasil concedió su extradición a nuestro país, para comparecer en el juzgado penal de 4º turno, a cargo del doctor Gabriel Ohanián.

Su detención fue solicitada en 2005 por la entonces fiscal María Gabriela Fossatti, quien en base a todos los peritajes realizados en la casa del balneario Buenos Aires, donde fue encontrado el cadáver de la mujer, estableció que el homicida no podía ser otro que el propio Volonté, descartando de plano la hipótesis del suicidio.

La violenta muerte de María Mercedes Rodríguez, enfermera de profesión, ocurrió el viernes 14 de marzo de 2003 en el balneario Buenos Aires en la casa que ambos compartían.

Volonté se ausentó de nuestro país a principios de 2004, poco después que se conociera el resultado del trabajo efectuado por una junta médica de forenses, donde se estableció que su pareja no se había suicidado ­como se pensó en primera instancia­, sino que había sido golpeada violentamente en el cráneo y aún con vida, recibido una inyección letal en la ingle (5 cm. de pentotal). Se estableció que ese acto solo podía haber sido realizado por alguien con mucho conocimiento en la materia; además, en la zona inguinal donde difícilmente pudiera ser encontrado "un pinchazo" en la autopsia.
En 2005, la fiscal María Gabriela Fossatti pidió el procesamiento por homicidio del médico, quien se sabía a esa altura, estaba residiendo en la sureña localidad chilena de Puerto Montt, donde cumplía funciones como contratado por el Instituto Médico Legal local.

El pedido de procesamiento, ocurrió luego que la jueza penal de 4º turno de aquellos años, doctora Graciela Eustachio y la fiscal Fossatti, participaran de una recreación de la muerte de la enfermera, de la que también tomaron parte los forenses Guido Berro y Carlos Harioste Maggi.

La recreación no dejó duda alguna, respecto a que la mujer nunca se pudo haber aplicado a sí misma una inyección de pentotal en la ingle que le provocó el paro cardio respiratorio y, además, el golpe que presentaba en su parietal izquierdo que antes de la muerte la había desvanecido.

AL ESTAR PROCESADO PODRIA COBRAR INDEMNIZACION POR MAS DE 100 MIL DOLARES

Con anterioridad a estos sucesos del 2003, Volonté había denunciado que en el Hospital de Maldonado se cobraba en efectivo por hacer legrados. Esto causó conmoción en el ámbito local, así como en el Ministerio de Salud Pública, dispuso su cese como médico de familia. Su despido fue recurrido por el doctor Barla, ante la administración y la Justicia, y obtuvo un fallo favorable condenando al Estado a indemnizarlo en más de 100 mil dólares.