Mundial
Si algo le faltaba a Diego Forlán para redondear una inolvidable Copa Mundial de la FIFA Sudáfrica 2010 era llevarse un premio a casa. ¿La Bota de Oro adidas al máximo goleador del torneo? No, al número 10 uruguayo no le alcanzaron sus cincos tantos para adueñarse de ese galardón. Sin embargo, el goleador charrúa se dio el gran gusto de obtener el Balón de Oro adidas, premio que lo reconoce como el Mejor Jugador del torneo.
De esta manera, Forlán se transformó en el cuarto futbolista sudamericano en conquistar dicho reconocimiento, emulando así al argentino Diego Maradona (1986) y a los brasileños Romario (1994) y Ronaldo (1998). Minutos después de conocer la noticia, Forlán conversó en exclusiva con FIFA.com.
Diego, ¿qué se siente haber obtenido el Balón de Oro?
Es algo tan impresionante como inesperado. Nunca en mi vida pensé en algo así, ni jamás fue mi objetivo. Quizás me imaginaba que, como delantero que soy, podía pelear por la Bota de Oro, y de hecho estuve cerca. Eso hubiera sido algo más normal. Pero de ahí a ganar el premio al mejor jugador… lo disfruto y estoy feliz de la vida, pero tengo en claro que es fruto del campeonato espectacular que hizo el equipo. Es un premio más para el buen momento del fútbol uruguayo.
¿Cómo se enteró de que lo había obtenido?
La verdad es que, al estar nominado, esperaba a ver qué pasaba, sobre todo después de los rumores que había sobre que podía ganarlo, pero nadie decía nada. Entonces recibí un mensaje de un amigo de Buenos Aires: “Felicitaciones, sos Balón de Oro”. Después me llamó mi representante y ahí ya estaba confirmado. Empecé a recibir otros llamados y de pronto cayeron todos mis compañeros a la habitación. Cuando me quise dar cuenta, ¡ya me habían tirado a la pileta del hotel!
¡Y eso que usted se lo dedicó a ellos!
Fue increíble cómo vinieron todos a felicitarme a la habitación. El hecho de haber sido esperanza para mis compañeros o mucha gente en Uruguay, y haber devuelto esa confianza dentro de la cancha sin dejar de ser uno más, me pone muy bien. También quiero destacar a los que jugaron poco o no jugaron, porque son los conforman la base del grupo. Esto también es de ellos.
¿No tiene miedo de marearse con tanto reconocimiento?
Me ha tocado ganar otras cosas en mi carrera, y estoy muy agradecido por ellas, pero lo tomo con humildad. Tengo unos padres que me ensañaron los valores básicos y hermanos que me ayudan a seguir por el camino correcto. Todo es fruto del trabajo, así que seguiré trabajando para mejorar.
¿Endulza este premio el hecho de no haber alcanzado el podio?
Tanto el premio como los goles me dejan muy feliz, pero la verdad es que me voy un poco triste porque, al ver la final, sentí que estuvimos realmente cerca de jugarla. Perder la semifinal fue un golpe duro, que me costó un par de días superar y todavía no lo he digerido del todo.
¿No se muere de ganas de tener el trofeo en sus manos?
He tenido poco tiempo para hablar de eso, pero tengo entendido que me lo darán en Zurich. ¡Confieso que me hubiera gustado volar a Uruguay con él! Sin dudas hubiera sido lindo para decorar la fiesta con la que nos están esperando en nuestro país.
Si sigue acumulándolos, se quedará sin lugar en sus repisas…
¡Seguramente quedará bien con los dos trofeos por haber sido pichichi de la liga española! (risas) Ya le encontraremos un buen lugar, de eso estoy seguro.
Por último, ¿resultó España un justo campeón?
Sin dudas. Jugó el mejor fútbol a lo largo del torneo, logró recuperarse rápido de su derrota ante Suiza y siempre fue protagonista. ¡Aprovecho para felicitar a sus jugadores y cuerpo técnico! Ojalá algún día nos toque a nosotros…