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El titular del juzgado penal de 4º Turno, doctor Néstor Saravia, remitió a la cárcel de las Rosas en las últimas horas del pasado viernes 24, a Julio A. de 37 años, imputado de un delito continuado de atentado violento al pudor en reiteración real, con un delito de violación.
El hombre, conocido en Piriápolis y Pueblo Obrero por ser un rudo trabajador de la pesca, sometía sexualmente a su hijastra de solamente 10 años, quien una y otra vez le había comentado cosas a su madre, hasta que hace tres días le reveló su calvario a una hermana. Fue allí que su madre decidió finalmente concurrir a una policlínica de Piriápolis, donde el médico de guardia no dudó en comunicarse con la Policía, y casi inmediatamente con un médico forense. Las señas inequívocas de que la pequeña había sido violada, terminaron con la inmediata detención de Julio A.
El peritaje forense y el trabajo de expertos de la Comisaría de la Mujer y la Familia de Maldonado que asistieron a la pequeña, desentrañaron este nuevo caso de violencia infantil.
El detenido negó en primera instancia toda imputación, pero en medio de esto, otras dos adolescentes de 14 y 16 años de edad (hermanas), junto a su madre se animaron a denunciar que este mismo hombre, hace varios años, cuando ambas eran aún niñas de 8 o 9 años, las había sometido sexualmente. Entonces, no se animaron a denunciar nada, por temor, vergüenza o pensando que nadie les creería. Ahora lo hicieron, inspiradas de algún modo en lo que le pasó a esta niña de 10 años, aunque sus declaraciones no habrían pesado en la sentencia judicial por falta de elementos para investigar casos registrados hace no menos de 8 años atrás.
 
ASISTENCIA PROFESIONAL
La niña, concurre a la escuela pública Nº 52 del balneario de Piriápolis. Es de físico muy menudo y aún sin desarrollarse, pero muy inteligente. Algunos datos en poder de FM GENTE, son indicadores de que ella, por ejemplo, estaba al tanto del lamentable hecho que terminó con la vida de Pamela Silva en Maldonado; vio, escuchó y leyó sobre el caso, y tenía muy claro que lo que estaba pasando con su padrastro “no estaba bien”. Fue, según las mismas versiones, el motor que la llevó a comentarle a su hermana lo que estaba viviendo y también a su propia madre.
La niña sigue siendo asistida por un grupo de profesionales que intentan recuperarla de tan dura experiencia vivida, mientras quienes conocían a Julio A. no salen del impacto al conocerse quien se escondía realmente detrás de él.
 
Redactado: R.A.