La doctora, amiga y colega del reconocido cirujano que falleció este sábado 1° de abril, dijo en FM GENTE que sentía la necesidad de hablar de Moisés “por el real compromiso que tenía con la humanidad, con la ciudadanía del departamento”. Álvarez compartió con la audiencia de la Página Central de la Revista, anécdotas y experiencias para “que no queden en el cajón de los recuerdos” y como forma de demostrar el cariño que el médico cosechó a lo largo de su existencia.
El legado de Salgado tiene que ver con el desarrollo técnico de su profesión, siendo pionero en diversas áreas, y también con la calidad humana en su atención.
Se caracterizó por la vocación de servicio y el compromiso. Fue “maestro de muchos” - como expresó Marila - ya que creía en la importancia de la trasmisión del conocimiento, en compartir el don que tuviéramos para que todos nos podamos beneficiar de ello. Y lo hacía por amor, sin ánimo de recibir remuneración.
A lo largo de su carrera, realizó más de 30.000 intervenciones quirúrgicas e “hizo reconstrucciones de cara de personas accidentadas que fueron una maravilla, también en niños. Fueron reconocidas por los mejores centros del mundo”, destacó Álvarez.
Salgado recorrió todo el departamento con su camioneta cuando se hizo por primera vez vigilancia epidemiológica, es decir, un relevamiento de las enfermedades que había en el departamento.
En la década de los ´90, organizó el primer programa en Maldonado de lucha contra el dengue. “Si entraba el dengue en el departamento era algo muy jorobado porque no teníamos recursos ni lugar donde internar a las personas que pudieran enfermarse”, contó.
“Había una epidemia muy grande en Brasil y poníamos una alfombra sanitaria en el Chuy para que dejaran las larvas ahí y no llegaran a Maldonado”.
Fue una época de gran intervención sanitaria: “Hubo dos o tres focos de dengue en Maldonado y se tomaron medidas inmediatamente. El equipo entraba a todos los jardines de las casas y se fumigaba. Se ponía en condiciones sanitarias a todo el departamento”, agregó.
En esa época también se desarrollaron las primeras brigadas de descacharrización y se prepararon las primeras “larvi trampas” para encontrar las larvas transmisoras del mosquito.
En el año 2000 y hasta el 2005, ambos fueron Directores Regionales de Salud y desde Maldonado dirigieron el sector de Treinta y Tres, Lavalleja y Rocha. “Hacíamos la vigilancia epidemiológica para todos esos departamentos. A Maldonado no entró el cólera, ni la fiebre amarilla, ni el dengue por el trabajo intenso de la Intendencia y la salud pública”, manifestó Marila.
En 1995, cuando se descentralizó salud pública y se crearon los Directorios Departamentales de Salud, Salgado fue el primer director que tuvo el departamento.
También fue militante del Partido Colorado e integró sus listas, al igual que Marila quien reflexiona que “en todos los partidos políticos hay médicos porque vemos que no hay recursos para todo lo que queremos hacer. Es natural que en la vocación se nos introduzca el deseo de mejorar la calidad de todos y de que no existan tantas deficiencias”.
Se mostró emocionada y agradecida al recordar a Moisés y enfatizó en que “tenía especial vocación de servicio como misión de vida, el querer sanar a la gente y luchar contra la muerte”.