Una moto robada estacionada en la puerta del hospital de Maldonado dio la pista para la captura de una banda que se dedicaba al hurto de ese tipo de rodados, informó un vocero policial a FM Gente. Hay dos individuos con antecedentes enviados a prisión por actuar de reducidores. Los ladrones eran chicos de entre 13 y 17 años.
La moto que llamó la atención de funcionarios de la Seccional 10ª de Punta del Este, fue una Baccio PX 110, roja, estacionada frente al hospital de Maldonado. La moto carecía de matrícula.
Los funcionarios fueron informados de inmediato que la moto había sido denunciada como robada el pasado viernes 22 de febrero, de muy cerca de donde estaba ahora.
Los policías esperaron que saliera el conductor de la moto, le detuvieron y le llevaron, junto al vehículo, a la comisaría.
Luego de los interrogatorios, los funcionarios policiales estaban en condiciones de pedir una autorización a la juez de Penal 4º turno, para allanar una vivienda en las inmediaciones de El Jagüel. Tenían la certeza que allí encontrarían lo que buscaban.
En los hechos, encontraron más de lo que esperaban. Además de varias motos y algunas desarmadas, todas robadas, encontraron a chicos de 13, 15, y 17 años de edad. Los chicos eran los encargados de hurtar las motos.
Los menores vivían en el barrio Kennedy, así que la indagación se trasladó a ese lugar, donde fueron detenidos Luis Giménez y Diego García, ambos con antecedentes por delitos cometidos anteriormente.
Giménez y García se encargaban de colocar las motos que los chicos robaban, algunas enteras, otras por partes.
La juez que había dado permiso de allanar la vivienda de El Jagüel, que quedó a cargo de la causa, revisó los datos de la investigación, interrogó a Giménez y García, y decidió enviarlos de nuevo a prisión.
Aunque ambos coincidieron en afirmar que las motos las habían comprado, supuestamente sin saber que eran robadas, a la juez no le cerró la coartada, por lo que tipificó a Giménez haber cometido receptación (recibir bienes robados para su comercialización o conversión en otros bienes o servicios), y a García receptación en reiteración real.
De la escueta información de los procesamientos se desprende que a Giménez no se le pudo probar más que un delito de receptación, que fue suficiente para volverlo a la cárcel.
La tipificación del delito de García indica que quedó implicado en los robos de todas las demás motos incautadas en el allanamiento, evidencia que lo deja como el cabecilla del grupo.
La información policial no dice qué pasó con los menores ladronzuelos de motos ajenas.
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