Una triste noticia en el mundo del espectáculo y, en especial, para el de la cumbia. Daniel “La Tota” Santillán, cuyo verdadero nombre era Ricardo Daniel Carías, murió a los 57 años. La noticia la confirmó su abogado, Juan Pablo Merlo.
“Lo encontraron muerto en su casa de Ituzaingó”, aseguró el letrado, quien lamentó lo sucedido, sobre el conductor que era padre de dos hijos, Daniela y Leandro, fruto de su matrimonio de 20 años con Mónica Falero, además de Camila (9) y Mia (7), fruto de su relación con Sol Fiasche.
Minutos después de que trascendió la noticia, según confió el letrado a este medio, peritos policiales trabajaban en el domicilio de la figura, quien actuó en teatro y participó en varias ediciones de Bailando por un sueño.
En 2023, el histórico conductor de Pasión de sábado y recordado presentador de Rodrigo, había sido condenado a 5 años y 6 meses de cárcel por violencia de género por el Tribunal N°7 tras amenazar a su ex pareja y madre de dos de sus hijas.
En 2022 el presentador había sido hospitalizado por un cuadro depresivo. La información la dieron a conocer en A la tarde, el programa de América que conduce Karina Mazzocco. Allí, Luis Ventura relató que a raíz de un llamado telefónico, Daniela, la hija de la Tota, se hizo presente en su domicilio de Castelar en aquel momento y lo encontró muy deprimido, con una crisis neurológica. “Sufre un cuadro de depresión y bipolaridad, porque en los viajes de trabajo quería ver a sus hijas mas pequeñas, y ahí tiene la discusión con Daniela”, contó.
Daniel “La Tota” Santillán, conocido por su éxito en la movida tropical, los últimos años estaba sin empleo y lidiando con problemas de salud mental. A pesar de haber alcanzado la fama como conductor de programas populares como Pasión de Sábado y haber sido amigo cercano del cantante de cuarteto Rodrigo Bueno, lidió con las adicciones y un diagnóstico de bipolaridad.
Nacido en San Martín, Mendoza, Santillán se mudó a Buenos Aires con su familia en busca de mejores oportunidades económicas. Desde joven, trabajó en la vía pública vendiendo garrapiñada y escobas, y más tarde se involucró en la industria nocturna como tarjetero de bailantas. Su perseverancia lo llevó a probar suerte como conductor en 1990, aunque no fue seleccionado inicialmente. Sin embargo, a finales de esa década, su carrera dio un giro significativo cuando conoció a Rodrigo Bueno en 1991, lo que marcó el inicio de una larga amistad y colaboraciones icónicas en la movida tropical.
A pesar de su éxito, Santillán siempre fue ansioso y temía quedarse sin trabajo, según sus palabras en diferentes entrevistas, lo que lo llevó a trabajar sin descanso y a perder la relación con su familia. Durante sus años de gloria, participó en programas como Cantando por un sueño y Bailando por un sueño, además de conducir programas de radio y hacer presencias en boliches. Sin embargo, también enfrentó problemas de adicción a las drogas y al alcohol, aunque su mayor adicción siempre fue la comida, llegando a pesar 220 kilos.
En los últimos años, la Tota sufrió momentos difíciles, incluida la pérdida de su hermano, lo que lo sumió en una profunda depresión. En 2011, fue diagnosticado con bipolaridad y desde entonces estaba medicado. A pesar del apoyo de su familia y especialistas, en varias ocasiones mezcló alcohol con pastillas psiquiátricas y tuvo intentos de quitarse la vida. Los últimos tiempos fueron de altibajos emocionales y la búsqueda constante de trabajo para poder subsistir y pagar sus tratamientos de salud. A pesar de todo, la fe había sido un gran refugio.