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Mujica comenzó agradeciendo a las autoridades presentes en el Palacio Legislativo, donde sobre la hora 14:00 prestó juramento como nuevo presidente junto a su vicepresidente, Danilo Astori.

“No sé si es ahora o dentro de un rato, cuando reciba la banda, por mi parte desearía que el título de ´electo´ se mantuviera siempre. El término tienen la virtud de recordarme a cada rato que soy presidente solo por la voluntad de los electores. Me advierte que no me distraiga. Que estoy mandatado para la gente. No en vano, el otro sobre nombre para el presidente es mandatario”, indicó.

Luego definió este 1º de marzo como el “día cero o el día uno” de su gobierno pero, al mismo tiempo, el inicio de un gobierno de 30 años. “Gobernar empieza por crear las condiciones políticas para gobernar. Gobernar para generar transformaciones a largo plazo, generar las condiciones para gobernar 30 años. Esta es la sesión inaugural de un gobierno de 30 años del sistema de partidos, no de uno en particular”, subrayó.

Mujica enfatizó que asistirá “incansablemente a las mesas de negociación con vocación de acuerdo” y prometió buscar el diálogo “no de buenos ni de mansos”, sino apuntando a la “complementariedad” de las piezas sociales. En ese sentido, dijo que buscará la “convergencia más que conflicto” y pidió apoyo político de todos los partidos para terminar con la indigencia, generar trabajo, dar seguridad para la vida cotidiana y salud para la gente. “Nada de esto se consigue sin políticos. Queremos transformación, avances de verdad y para eso se necesita una civilizada convivencia política”, indicó, para prometer luego “mantener las tradiciones de respeto recíproco”.

POLÍTICAS DE ESTADO

Educación, Política energética, Medioambiente y Seguridad Ciudadana serán las políticas de Estado prioritarias, en las que deberán decidir los partidos políticos en conjunto, indicó Mujica.

EDUCACIÓN. El presidente hizo énfasis en las políticas de educación y su carácter prioritario, en tanto “base de la sociedad que vendrá”. No obstante, se preguntó luego qué áreas habrá que sacrificar para dar recursos a la educación e instó a la oposición a “asumir y decidir juntos a qué se le dirá que “NO””. “Este es el significado de las políticas de Estado, sus consecuencias no deben perjudicar ni beneficiar a ningún partido en particular. ¿Estamos dispuestos a hacerlo?”, se preguntó.

POLÍTICA ENERGÉTICA. Mujica destacó que hay poco alentadores pronósticos sobre el stock de recursos no renovables, como los hidrocarburos y opinó que es necesario calcular el desarrollo de energías renovables, como la producción de biocombustible. “Luego la política tendrá que ocuparse de las estrategias energéticas, sobre la que hay opiniones divididas. ¿Cuánto estamos dispuestos a pagar para apoyar el desarrollo de energías renovables que no son económicamente rentables? No se puede avanzar en zigzag en materia energética”, observó.

MEDIOAMBIENTE. El ciudado del medioambiente será tratado en régimen de política de Estado. Consideró que los hombres deben “pensarse como miembros de una especie cuyo habitat está cada vez más amenazado” y advirtió que “la tensión entre el cuidado del medioambiente y la expansión productiva irá en aumento”.
“Se escuchan tambores de guerra conceptual entre los partidarios de la producción a rajatabla y los preservacionistas. El Estado deberá tomar las mejores decisiones, que deberán tener un amplio respaldo político para que tengan legitimidad y se mantengan en el tiempo, contra viento y marea”, señaló. En este sentido, opinó que el sistema político tendrá que ser “valiente, porque para cuidar el medioambiente habrá que decir no” a cuestiones productivas.

SEGURIDAD CIUDADANA. Para Mujica, la seguridad ciudaana es un régimen de política de Estado que no sólo apunta a luchar contra el aumento de la delincuencia. Citó que estamos ante “transformaciones cualitativas”, como la pasta base que induce a la violencia, mafias enriquecidas para generar corrupción, operadores de narcotráfico internacional que usan el país para la distribución y el transporte de drogas. Si bien destacó las características de “sociedad tranquila y relativamente segura” del Uruguay, advirtió que “lo peor que podríamos hacer es subestimar la amenaza”.

Ante esta política y las citadas anteriormente, “el sistema político debe responder sin demora”. “Las estrategias a largo plazo deben ser protegidas del vaivén político para ser proyectadas en el tiempo”. Fuera de esto, opinó que debe fluir la política naturalmente, con el gobierno y la oposición “cada uno en su lugar”.

MÁS DE LO MISMO

“Lo que hoy comienza se define entusiastamente como un segundo gobierno, nuestro programa se resume en dos palabras: más de lo mismo”, indicó luego. Prometió entonces un manejo profesional de la economía, una macroeconomía prolija, seriedad en la administración del gasto y en el manejo del déficit. “Seremos perros en la vigilancia del sistema financiero. Ortodoxos en lo macro”, adelantó. En contrapartida, prometió un gobierno “heterodoxo, renovador y atrevido” en materia tecnológica.

Ratificó su intención de fortalecer las escuelas de tiempo completo y la UTU, continuar con la ampliación del Plan Ceibal en la Enseñanza Secundaria y el Plan Cardales.

“La educación es la vacuna contra la pobreza del futuro y la vivienda es el remedio urgente para la pobreza de hoy”, sentenció el presidente. Y anunció, en ese marco, que integrará a los efectivos de las Fuerzas Armadas al plan de emergencia habitacional que impulsará su gobierno.

Asimismo prometió seguir trabajando por el Mercorsur: "Es hasta que la muerte nos separe", sentenció. No perdió la oportunidad de elogiar la gestión del saliente Tabaré Vázquez y prometió seguir "construyendo una patria para todos y con todos".