La ministra de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente, Graciela Muslera, aseguró que en el proyecto se enfrentan “dos modelos de desarrollo” y que buscará un equilibrio entre ambos. Entrevistada por El Espectador, también dijo que su cartera escucha y recibe “objeciones y observaciones” aunque “está muy cerca” de todos los actores vinculados al tema.
El proyecto de interconexión dura de los departamentos de Maldonado y Rocha, mediante un puente sobre la Laguna Garzón, se encuentra en la etapa de “puesta de manifiesto”, que durará un mes y durante el cual la secretaria de Estado se limita a recibir observaciones.
En medio del debate abierto por un grupo de vecinos que se opone a esta iniciativa del Ministerio de Transporte y Obras Públicas e inversores privados, Muslera dijo a la radio montevideana que la cartera “está en contacto directo con todos los actores sociales en el tema y conoce todos los puntos de vista sobre la inversión y los tiene arriba de la mesa como parte del análisis”.
La jerarca aseguró que se dispuso “una mirada transversal sobre el tema”, por lo cual se contempla la visión de la Dirección Nacional de Impacto Ambiental, la Dirección Nacional de Ordenamiento y la de la Dirección Nacional de Aguas “para sintetizar el análisis del impacto ambiental del puente”. Sobre esta base, promedió “seriedad” para “buscar la mejor salida a la situación”.
Muslera entiende, asimismo, que en este caso que se enfrentan dos modelos de desarrollo: “uno que es el de Maldonado con un impacto muy fuerte en los modelos costeros y otro que busca una profundización”. “Entre esos dos polos es donde tenemos que evaluar la mejor respuesta para esa zona que tiene un equilibrio muy delicado a sostener”, prometió.