Martín Hortiguera y su esposa, Roxana Navarrete, fueron procesados con prisión por suministro de estupefacientes, tras caer en un operativo de la Brigada de Narcóticos de Maldonado. Regenteaban una “boca” en Maldonado Nuevo, con la ayuda de una empleada que también fue procesada junto a otras dos personas. Conozca cómo operaban y por qué la inseguridad los llevó tras las rejas.
En torno a la esquina de las calles 7 y 11 de Maldonado Nuevo, Hortiguera tenía una pañalera, una bloquera, un negocio de alquiler de autos, algunas viviendas para alquilar y una tienda. Era esta última la que utilizaba como fachada para vender pasta base, sólo durante el día. Porque de noche lo tenían jaqueado pequeños competidores, que enviaban a consumidores “cautivos” a darle algún “aviso” al narco mayor, robándole droga o la recaudación de la tienda.
Por temor a que otros delincuentes terminaran por afectarle el negocio, Hortiguera le pedía a una empleada – E.M.- que se llevara la droga todos los días a su casa, en el barrio Rivera. TAmbién tenía un guardia de seguridad pero, aun así, el narco quiso asegurarse un poco más.
Tuvo la idea de recurrir a su amigo Richard Pérez, un conocido delincuente de San Carlos, para pedirle un arma “limpia” (sin rastros sobre su origen y sin haber sido utilizada para delinquir durante un tiempo “prudencial”). Ese fue su último error.
Hortiguera tuvo la pistola 9 milímetros durante varios días, hasta que el propio Pérez se la pidió para entregarla a un par de amigos de Rocha que querían comprarla. Pérez – quien está en silla de ruedas desde que fue baleado en un ajuste de cuentas- le pidió a su ladero Adriano Sosa que acompañara a los recién llegados hasta Maldonado Nuevo, a buscar el arma.
Uno de los rochenses era un ex policía oriundo de Chuy, procesado con prisión el año pasado por haber fraguado un certificado de escolaridad en 2009 para ingresar a la fuerza policial. El martes por la tarde, al verlo llegar junto a Adriano a la casa de Hortiguera, los efectivos que vigilaban la boca se sorprendieron y resolvieron actuar.
Los siguieron y finalmente los detuvieron mientras viajaban por Camino Lussich con destino a San
Carlos, a donde pensaban dejar a Sosa y pagarle el arma a Pérez. El ex policía quedó libre ya que su amigo -que no tiene antecedentes penales- asumió el porte del arma; este último y Robert Pérez resultaron procesados sin prisión por el delito de porte y tenencia de arma modificada.
La detención obligó a precipitar el trabajo sobre la boca de Hortiguera. Al día siguiente, apenas E.M abrió la “tienda-boca” llegaron los efectivos de Narcóticos y allanaron el lugar. Allí se incautaron de 1.200 gramos de pasta base y detuvieron a la mujer, al narco y a su esposa. Ambos fueron a prisión, anoche, junto a la fiel empleada de la tienda.
(producción: Fabián Sánchez)