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“Si se mantiene el actual partido en el gobierno, probablemente las políticas de salud desarrolladas en estos cuatro años y medio se mantengan. Lo que es posible esperar es que las instituciones privadas sigan teniendo una sólida economía y sigan brindando sus prestaciones en el mejor nivel. Y también que siga aumentando proporcionalmente la inversión en los hospitales públicos de ASSE para equilibrar el nivel de prestaciones en los últimos años”, consideró el jerarca del centro asistencial carolino.
En opinión de Oliver, hubo un “desarrollo muy importante, muy grande, de equipamiento en los hospitales públicos”. A modo de ejemplo, recordó que cuando asumió en San Carlos no había un ecógrafo y todas las ecografías se hacían en Maldonado a nivel privado. Ahora el hospital de San Carlos tiene tres ecógrafos. “Ese tipo de inversiones es el que lleva a los hospitales público a equilibrar sus prestaciones con los privados”, consideró.
Enfatizó que, de mantenerse la actual línea de políticas para la salud, “cabe esperar que las instituciones privadas sigan sólidas y que sigan mejorando las instituciones públicas. En una etapa superior, que pueda haber una interacción público privada a los efectos de bajar los costos de prestación de los servicios de salud, en la medida de evitar las superpoción de servicios”.
Olivet también fue consultado sobre los reclamos de los pacientes por la falta de especialistas y atribuyó el hecho a dos factores. Explicó que algunas especialidades escasean en el país debido a “una historia negra de la escuela de posgrado de la Facultad de Medicina” de la Universidad de la República. Dio el caso de los urólogos, traumatólogos, oftalmólogos, anestesistas y pediatras. “Es una causa estructural para todo el país”, indicó.
Por otra parte, recordó que el mercado laboral también regula la disponibilidad de especialistas. “Los colegas que trabajan en una especialidad escasa se ven tentados por ir hacia quien les pague mejor sueldo”, señaló Olivet. Entonces explicó que los hospitales pierden especialistas a favor de las mutualistas, que al ser privadas pueden ofrecer mejores salarios o regularlos de acuerdo a sus necesidades. “Al faltar mano de obra, esa mano de obra se redistribuye entre quienes remuneran mejor”, dijo.