“La cosa viene bastante bien”, afirmó el presidente de la Cámara Uruguay de Turismo, Luis Borsari, consultado sobre las reservas y perspectivas para las vacaciones de julio. No obstante, lamentó la incapacidad de Uruguay para captar más turismo brasileño como forma de paliar la merma generada por la brecha cambiaria con Argentina.
Borsari manifestó su “asombro” por la cantidad “enorme” de argentinos que vinieron en el último fin de semana largo a Punta del Este. “Lo hicieron encima de las vacaciones y con una brecha cambiaria increíble, lo que reafirma la fidelidad del público argentino hacia Uruguay y particularmente Maldonado”, observó el empresario.
Para las vacaciones julias, que en los hechos se extenderán desde este 29 de junio hasta el 31 de julio porque tienen diferencias entre países e incluso provincias argentinas, hay buenas perspectivas.
El gobierno nacional decidió extender hasta el 31 de julio los beneficios que aplicó hasta el 31 de marzo, al tiempo que la hotelería se esforzó por ofrecer paquetes promocionales “atractivos”, de cinco noches por cuatro o de siete por cinco, destacó Borsari.
“Para los uruguayos resulta barato salir del país a vacacionar y a un extranjero se le encarece venir a Uruguay, teniendo en cuenta esto entendemos que serán unas vacaciones julias por lo menos aceptables”, comentó.
Aunque consideró que “la cosa viene bastante bien”, Borsari dijo que subsisten los problemas de conectividad aérea con el hemisferio Norte –incluso se daban cuando operaba Pluna- y las dificultades para convencer a los brasileños de los sencillo que es ingresar a Uruguay.
El operador entiende que Uruguay “no ha sabido poner el chip en la cabeza” de los norteños para que entienden que entrar a Uruguay sólo requiere de “la cédula y algo de dinero en el bolsillo”. Para que asuman a este país como “parte del suyo” y salgan de un Brasil que ofrece múltiples opciones, pero diferentes a las de Uruguay.
“Nunca tenemos que abandonar a la Argentina. Pero Brasil es un potencial casi absolutamente inexplotado, a pesar de que se hacen incursiones y se trabaja. Cuando logramos que un brasileño venga, queda prendado. Pero la mayoría ni piensa en Uruguay”, admitió. “No hemos sabido convencerlos de lo fácil que es llegar, sobre todo al público de Rio Grande do Sul”.
mr