La familia de Jonathan Estela, el niño asesinado por otros dos en octubre de 2013, nunca recibió la ayuda psicológica y económica prometida por organismos estatales tras esa tragedia ocurrida en el asentamiento Benedetti. Ricardo Estela contó a FM Gente que viven en un lugar prestado y está sin trabajo. Espera el apoyo profesional prometido y también que el caso de su hijo avance en la Justicia.
“Todo el mundo quedó callado. Asesinaron a mi hijo, el caso se enfrió y ahora estamos peor que al principio. Nadie llama, nadie vino y tampoco hay respuestas en la Justicia”, lamentó Estela, quien se comunicó con FM Gente para solicitar trabajo y reclamar que se active el caso a nivel penal.
La familia dejó el asentamiento Benedetti, en Cerro Pelado, poco después de que Jonathan fue ultimado a machetazos y golpes por un niño de 11 años y un adolescente de 14, el 29 de octubre. Desde entonces, están radicados en la casa de una hermana de Jonathan con escaso espacio y sin ningún tipo de ingresos económicos.
Estela explicó que no puede acogerse a un programa de alquiler propuesto por el Estado porque para eso debe tener trabajo. “Y si no tengo dinero para darle de comer a mi familia, menos voy a poder pagar un subsidio de alquiler”, razonó el hombre, que además debe los honorarios a la abogada que contrató por el caso de Jonathan.
De hecho, sostuvo que no ha habido respuestas desde el juzgado. Ellos quieren que los padres de los chicos asesinos también respondan por lo ocurrido. Particularmente la madre de uno de ellos que, según testigos, lavó las ropas ensangrentadas del niño homicida y lo encubrió cuando todo el mundo buscaba a Jonathan por el barrio.
Según Estela, el chico de 11 años –a quien se detectó serias patologías sicológicas- recién ahora estaría por recibir ayuda técnica con ánimo de “reinsertarlo en la sociedad”.