PAMELA SILVA DESCANSA EN PAZ: SU FEROZ ASESINO ESTA EN LA CARCEL
Policial 23:30

PAMELA SILVA DESCANSA EN PAZ: SU FEROZ ASESINO ESTA EN LA CARCEL

Frío, calculador, inteligente, totalmente normal, sin signos de arrepentimiento, pero por momentos con mucho miedo, se mostró Oscar Domingo Ayusto Olivera (59), el depravado que hace poco más de un año asesinó con una saña inusitada a la niña Pamela Silva en el barrio Los Aromos de la ciudad de Maldonado, desatando reacciones en toda la comunidad como pocas veces se ha visto.
Tenía antecedentes por haber abusado de una niña de 9 años en el 2000, pero anteriormente había sometido a dos hijas de una compañera que tuvo, de entre 10 y 12 años.

Este miércoles poco después de la hora 16.00, el titular del juzgado penal de 2º turno de Maldonado, procesó con prisión por gravísimos delitos, al hombre de 59 años que asesinó brutalmente a la niña Pamela Silva Larrosa (11) la madrugada del 4 de mayo del año pasado. Oscar Domingo Ayusto Olivera, quiso violar a Pamela llevándola hacia el interior de un monte cercano a la casa de la niña, pero como se resistió y ante el temor de que lo denunciara, la mató a golpes con un martillo, y luego le clavó una estaca en el cráneo para asegurarse que había muerto. Fue en aquellos desesperados momentos que Pamela atinó a comunicarse con el teléfono 911 denunciando que un hombre la seguía, llamadas de auxilio que “cayeron” en la central policial pero de la capital del país.
El depravado, terminó desmoronándose luego de intentar “zafar” de las graves acusaciones que recaerían sobre el, por temor a retornar a la cárcel donde estuvo en el año 2000 por abusar de una niña de 9 años, y donde no la habría pasado muy bien.
El martes, declaró ante los policías ser el asesino de Pamela, pero ante el juez, se desdijo por lo que siguió detenido hasta la mañana del miércoles. Poco antes de mediodía fue conducido a la sede penal y allí sí, se despachó con lujo de detalles sobre todo lo ocurrido para estupor de todos quienes actuaban en la instancia.
El juez de la causa, entendió que era necesario recomponer todos los pasos dados aquella madrugada del 4 de mayo, por lo que ordenó una reconstrucción que se llevó a cabo en medio de un férreo dispositivo policial para evitar que Ayusto Olivera fuera linchado.
El depravado, explicó cada movimiento realizado desde el momento que, casualmente se encontró con Pamela en Camino Lussich cuando esta retornaba a su casa -de donde se había escapado-, desde un baile o de un encuentro con algún chico.
Con frialdad y casi naturalmente, pero demostrando un gran temor a que los vecinos se abalanzaran sobre él para intentar lincharlo, pidiéndole protección a los policías, Ayusto Olivera dijo que cuando vio a Pamela aquella noche, a quien había querido abusar en otras oportunidades, se interpuso en su camino, tomándola de un brazo y llevándola hacia el interior de un monte, ubicado a solo 400 metros de la casa de la niña.
Declaró que estuvo hablando una media hora con ella dentro del monte, pero se supone que este detalle no es cierto; lo que si es cierto, es que intentó someterla para lo que comenzó a tironearle la ropa; la niña logró escapar y hasta pudo realizar dos llamadas de auxilio al 911 de Montevideo; pero el depravado la alcanzó y por temor a que lo denunciara, le dio un puñetazo en el rostro y luego comenzó a golpearla en el cráneo y otras partes del cuerpo con un martillo hasta cegarle la vida.
Luego cargó el cuerpo y por el interior del monte avanzó hacia una zona densamente poblada, dejando el cuerpo de su víctima casi al descampado, al borde de un alambrado, casi a la vista de la casa de Pamela ubicada a solo unos 40 metros.
Dijo que no sabía que la niña vivía allí, pero se presume que en otro acto propio de alguien que no tiene el menor escrúpulo y tal vez invadido por el morbo, dejó el cuerpo de Pamela cerca de su casa, y para que rápidamente fuera encontrada apenas amaneciera. Múltiples testimonios indican que Ayusto Olivera, conocía muy bien toda la zona y seguramente sabía que la niña vivía en ese complejo de viviendas junto a su madre, un hermano y su padrastro.

DEPRAVADO EMPEDERNIDO
Oscar Domingo Ayusto Olivera fue detenido por la policía el pasado martes en horas de la mañana cuando “andaba a monte”. Había dejado de frecuentar los lugares habituales e incluso una precaria vivienda en la zona del asentamiento Nueva Esperanza, cercano a la Ruta 39. Andaba en una moto que resultó ser robada por lo cual también le tipificaron el delito de receptación.
En el año 2000 había sido condenado por abusar de una niña de 9 años, pero eso no fue todo porque ahora se supo que también había abusado de dos hijas de una anterior pareja, de entre 10 y 12 años de edad.
Estas jóvenes y una tercera, fueron quienes reunieron una serie de elementos que les resultaban sospechosos y decidieron presentarse ante las autoridades policiales, presumiendo que el ahora procesado, fuera efectivamente el asesino de Pamela Silva.
Entre otras cosas, dijeron que tras el homicidio de Pamela, el depravado tuvo actitudes extrañas y hasta afirmaron que al otro día, tenía las manos lastimadas. No se animaron inicialmente a denunciarlo, pero ahora inspiradas en el primer aniversario del crimen de una niña abusada como ellas por el mismo hombre, y además asesinada vilmente, tomaron la valiente actitud que le permitió a los efectivos de la Dirección de Investigaciones de la policía de Maldonado, aclarar este emblemático caso.
Redactado: R.A.

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