El papa Francisco, de 86 años, fue dado de alta este sábado del hospital romano en el que estuvo internado tres días por una bronquitis infecciosa y a su salida quiso demostrar su buen estado con humor: “Todavía estoy vivo”, dijo al bajarse del auto para saludar a algunos fieles. El pontífice, que fue hospitalizado el miércoles a causa de una bronquitis, salió en torno a las 10:20 del hospital Gemelli, sentado en el asiento del copiloto de un pequeño auto, escoltado por la policía y agentes de seguridad.
El papa se detuvo frente a un grupo de fieles, curiosos y periodistas que le saludaban y ante quienes confesó cómo ha vivido estos días en el hospital. ”Solo sentí malestar y no tuve miedo, todavía estoy vivo”, insistió Francisco, que bajó del auto ayudado con un bastón y siempre con una sonrisa en el rostro.
Francisco recibió tratamiento antibiótico por una bronquitis infecciosa, que produjo “los efectos esperados con una notable mejoría”, explicó el vocero del papa.
Francisco también tuvo palabras de agradecimiento para el personal que lo trató en estos días en el Gemelli, donde ya estuvo en julio de 2021 por su operación de colon.
Desde el Vaticano, indicaron que en estos días en los que estuvo internado y convaleciente en una suite de uso exclusivo de los pontífices desde tiempos de Juan Pablo II, Francisco leyó la prensa, rezó en la capilla y cenó pizza con los sanitarios y sus colaboradores.
El viernes visitó a los niños de la unidad de neurocirugía y oncología, llevándoles huevos de pascua y otros detalles, y llegó incluso a bautizar a uno de ellos, el pequeño Miguel Ángel, un momento grabado por las cámaras vaticanas y que demostró que el papa caminaba y gozaba de un aparente buen estado de salud.
”La cosa más hermosa de estos días ha sido la visita a los niños”, reconoció el pontífice a su salida.
Antes de volver al vehículo, el papa saludó y abrazó a una pareja que anoche perdió a su hija y juntos rezaron en estos momentos de dolor.
Antes del ingresar a su residencia en el Vaticano se detuvo unos minutos a rezar en la iglesia de Santa María Mayor, en el centro de Roma, una tradición personal que cumple antes de cada viaje al exterior. ”Feliz Pascua y oren por mí”, dijo el papa a la periodista de la televisión italiana que lo esperaba a la entrada del Vaticano.
Luego volvió a la Casa Santa Marta, la residencia que eligió en 2013 tras su elección, rechazando así el histórico apartamento del Palacio Apostólico.
Y, tal y como avanzó él mismo ante las cámaras, mañana presidirá la misa de Domingo de Ramos en la plaza de San Pedro, que marca el inicio de los ritos de la Semana Santa, aunque estará oficiada previsiblemente por el cardenal argentino Leonardo Sandri.(TN)