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Gonçalvez, conocida en Maldonado por su apodo “Pepi”, aseguró que María Emilia Alvarez del Partido Colorado, y Beatriz Quiche, del Partido Nacional, cuyas firmas fueron escaneadas por ella e incluidas en un trámite que pedía el aval de la Junta Departamental para respaldar una campaña con muñecas para sensibilizar contra la violencia de género, se sintieron vulneradas en su confianza.

Pero, aseguró que ella misma sintió vulnerada su confianza porque hasta entonces habían usado ese mismo procedimiento como una forma de agilitar los trámites que la Red de Mujeres realizaba frente a la Junta Departamental, al menos cuatro veces, desde una posición de carencia de institucionalidad.

DOS MOMENTOS DE MÁXIMA TENSIÓN

La entrevista tuvo dos momentos en que la tensión subió sobre el resto. Uno fue cuando Gonçalvez acusó, mencionando su nombre y apellido, al diputado Darío Pérez, también del Frente Amplio, de haber formulado declaraciones contrarias a la campaña que usa las siluetas femeninas en distintos puntos del departamento para sensibilizar contra la violencia de género.

La entrevistada dedicó 407 palabras dichas en dos minutos y 35 segundos, con mucho énfasis, en rebatir la supuesta afirmación de Pérez de que el tema no constaba en el programa del Frente Amplio.

Pérez llamó a la radio, pidió para salir al aire, y, previa autorización de Gonçalvez, hizo una precisión categórica de nunca haber dicho lo que la entrevistada le adjudicaba. El legislador por el departamento se negó a hablar directamente al aire con Gonçalvez, y cerró su intervención afirmando que era todo lo que quería decir. Gonçalvez justificó su gafe echando culpas a “la fuente” que le había pasado el dato, porque, dijo, no la tenía como una mala fuente.

El otro momento fue cuando se le pasó una declaración de la edil Cristina Pérez, también del Frente Amplio, quién manifestó en la Junta Departamental que estaba dispuesta a arrastrar de los pelos por toda la calle Sarandí a quien falsificó la firma, y el 18 de abril amplió su declaración en FM Gente asegurando que su posición no era más violenta que la de quien cometió ese acto de “mala leche”, en clara referencia a las firmas escaneadas por Gonçalvez.

La entrevistada salió del paso sin responder el fondo de la acusación de Cristina Pérez, quien deslizó que habían retirado el expediente 135/13, después de iniciado, argumentando que no se podía iniciar por correo electrónico.

Gonçalvez eligió pararse en su posición actual de integrar un movimiento contra la violencia, dijo que entendía la indignación de la edil Pérez, pero fustigó el tono violento que utilizó para referirse al caso.

CONFIANZAS VULNERADAS

Gonçalvez manifestó que “mis compañeras dicen que la confianza (de ellas) fue de alguna forma vulnerada, y la mía también; yo también confié en que ellas estaban dentro de mi cadena de confianza, y que podíamos trabajar en este sentido juntas”.

Cuando refirió a sus compañeras refería a Alvarez y Quiche, cuyas firmas fueron incluidas, aunque Quiche dijo que Gonçalvez nunca debió hacerlo porque en su caso discrepaba con la campaña de las siluetas femeninas plantadas en el departamento.

“El problema interno de la Red, vamos a sanearlo nosotras, porque esto es un asunto interno; ese expediente no pudo ser iniciado, porque ese es un correo electrónico; si se inició un expediente, no fue por mi mano, está claro; ese expediente no puede haber sido jamás iniciado, porque yo no lo llevé; ¿Está claro? Esto es un correo electrónico”, dijo enfáticamente Gonçalvez.

Vaticinó que “la Junta va a hacer una comisión investigadora y van a ver cómo va a quedar esto más que claro”, pero insistió en que “nadie me vio entregando este expediente”. Su posición es que el expediente 135/13 no existe, porque no pudo ser iniciado por correo electrónico.

Relató que antes de este incidente usaron las firmas en otras cuatro misivas enviadas a la presidencia de la Junta, y no hubo problemas. Añadió que ahora lo hubo porque entre el 4 de febrero y el 4 de abril el Partido Nacional decidió no apoyar la campaña de las siluetas femeninas, y la que modificó su posición fue Quiche, inducida por ese cambio.

LO OCURRIDO FUE EN UN MARCO POLITICO

“Entiendo perfectamente el marco político” en el que todo esto ocurrió, afirmó, tomando distancia de las posiciones personales, y dejando la sensación de que el análisis se corresponde más con los tiempos políticos pre electorales que vive el departamento y el país.

Añadió que está “convencida que en eso (sobre lo ocurrido con las firmas) los partidos van a tener posición, y me parece que mi propio partido (el Frente Amplio) no va a ser partidario de dejar que la firma pueda ser manejada por alguien de otro partido; creo que en ese sentido, esta es la lección”.

“Y creo que hasta con esta crisis estamos pasando por un proceso un poco sangriento, pero de escuelita”, dijo. Casi al final de la entrevista, Gonçalvez advirtió que en el futuro a las integrantes de la Red de Mujeres Políticas les va a ser más difícil actuar en un marco de confianza.

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