El Director Departamental de INAU, habló sobre los casos de abuso, los ingresos y salidas a los centros y la adopción en niños más grandes.
En diálogo con FM GENTE, el Director Departamental de INAU Eduardo Rodas, explicó que cerca de 6.000 niños, niñas y adolescentes se encuentran actualmente vinculados a INAU en Maldonado, lo que significa que están bajo el amparo y el cuidado de dicha institución.
En cuanto a los diferentes motivos que derivan en el ingreso de los menores, aseguró que cuentan con casos de bebés que nacieron con cocaína en sangre así como de adolescentes que padecen un consumo problemático de drogas.
“Ingresó una adolescente porque el papá fue al Juzgado y dijo que no podía con la vida de ella; y ahí el Juzgado decidió que tenía que estar en INAU por más que ya tenía un problema con el consumo de drogas que venía de antes”.
En esa misma línea, confirmó que más del 30% de los niños y adolescentes que ingresan a INAU poseen problemas con el consumo de drogas y que el 17% tuvieron algún tipo de intento de autoeliminación.
Consultado sobre los diferentes casos de abusos recientemente denunciados, Rodas puso el ejemplo de un comerciante en Maldonado que abusaba sexualmente de adolescentes a cambio de dinero, así como el caso de una niña de 3 años que se animó a contar en el centro CAIF al cual concurría que la pareja de su mamá le ponía el pene en la boca.
“Muchas veces la propia víctima de la explotación sexual no se ve como tal y la familia tampoco. Los abusadores no siempre son millonarios que bajan de barcos, a veces son personas del medio rural que explotan menores en condiciones económicas precarias”.
En relación a las salidas de los adolescentes, Rodas explicó que no están privados de libertad y que no las pueden impedir ya que serían autores de un secuestro; “no los podemos atar a la pata de la cama”.
“Hay un horario para que vayan a estudiar; muchos salen porque quieren ver a la abuela, un novio o las amigas”.
Con respecto a la adopción en niños más grandes, subrayó que actualmente hay 240 niños mayores de 12 años en condición de adoptabilidad a nivel país; y que “lamentablemente va a ser muy difícil que alguien los adopte”.
“La naturaleza humana los quiere bien chiquitos, y si se parece a mí mejor”.
En referencia a los objetivos de la institución que dirige, remarcó el deseo de revinculación de los menores para con su familia y el anhelo de que puedan estudiar.
Finalmente, lamentó que los sucesos negativos tengan más impacto en los medios de comunicación que las acciones positivas, las cuales no son visualizadas con tanto énfasis.
“Hace mucho más ruido una bomba que mil caricias y mil abrazos”, concluyó.