La repercusión de recientes e importantes robos en diferentes puntos de Punta del Este preocupa al ministerio de Turismo y también a operadores del sector, por el posible daño que esto pueda ocasionar a la imagen del balneario. En tanto, la Jefatura de Policía pidió a los turistas que restrinjan la cantidad de dinero y joyas que portan en las calles, y recomendó contratar empresas privadas para mejorar la seguridad en las propiedades.
Este panorama es revelado por el diario Últimas Noticias, en este jueves destina al tema un informe a doble página. Según el matutino, el director de Secretaría del Ministerio de Turismo observa estos robos “con atención” y está en permanente contacto con la Intendencia y la Jefatura de Policía para estar informado sobre cada caso y la evolución de la investigación.
Antonio Carámbula reconoció que el Ministerio del Interior hace “un gran esfuerzo” para que estas cosas no sucedan y consideró que se trata de “hechos puntuales” , que de todas maneras preocupan porque pueden dañar la imagen de Punta del Este. No obstante, el jerarca consideró que “Uruguay mantiene una seguridad aceptable como destino turístico, sobre todo en comparación con la región”.
Por su parte el presidente del Centro de Hoteles de Punta del Este, Fernando Mazza, lamentó la repercusión de los robos en Argentina. “Preocupan por la notoriedad que tomaron.(…) Es claro que si pasaba hace unos meses no era noticia”, consideró.
A todo esto, el vocero de la Jefatura de Policía de Maldonado, Víctor Iraola, dijo al mismo diario que los turistas deben ser “coherentes” y no portar grandes sumas de dinero u ostentar joyas en la vía pública.
Iraola dijo que el Ministerio del Interior “está agotando” los recursos humanos para garantizar la seguridad de los turistas, por lo cual les recomendó que contraten empresas de seguridad privada para proteger sus residencias.
El último de los sonados robos a turistas que afectan al balneario en lo que va de la temporada estival ocurrió esta madrugada en la zona de Chihuahua, donde varios delincuentes ingresaron a una vivienda mientras los seis integrantes de la familia dormían.
De allí extrajeron dinero y varios efectos, pero además defecaron en las habitaciones y utilizaron toallas para limpiarse, lo cual disgustó más a los damnificados. (ver nota aparte)