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Ferreri adelantó que 140 inspectores de la Dirección General Impositiva (DGI) desplegarán una “intensa tarea” de fiscalización en los comercios de la zona costera “para que todos los empresarios, sean comercios establecidos o golondrina, paguen los impuestos que corresponde”.
“Es una cuestión de equidad tributaria, que no haya ventajas competitivas sustentadas en la capacidad de evadir impuestos”, comentó el jerarca.

El organismo prevé un operativo estival similar al anterior, con 3.000 inspecciones en la costa (la mitad en Maldonado) y 900 garantías previas que significaron una recaudación de $100 millones.

Los contribuyentes comenzaron a recibir las notificaciones sobre los controles y se espera que la semana próxima llegue el contingente de inspectores a Maldonado, Canelones, Rocha y otras zonas turísticas.

En la primera fase del operativo se abocarán a la constitución de garantías previas, por la cual los comercios de temporada pagan sus impuestos por adelantado en función de la actividad estimada del verano. Esto es para que “cuando se levanten o desaparezcan, después de temporada, no se vayan sin pagar impuestos”, graficó Ferreri.

Además, dijo que pondrán “especial atención” en el control de los alquileres de temporada, donde se registra “una importante informalidad”. La realización de eventos, fiestas y shows también estará en la mira de los inspectores. “Ayudan al desarrollo de la temporada pero nuestro trabajo es asegurar que esto ocurra dentro de lo que la normativa prevé para el pago de impuestos”, aclaró.

Por último, el director de Rentas informó que la semana que viene se anunciarán clausuras producto de la actividad de fiscalización del verano anterior. Serán entre 10 y 20 clausuras en Maldonado y Rocha, aunque no se definió por cuánto tiempo. Se trata de rubros de venta al público al por menor, restaurantes y tiendas que no cumplían con las formalidades necesarias como por ejemplo entregar factura con la compra.

mr