Mientras en el hotel Conrad delegados de 171 países debaten las directivas para el control del tabaco, acordadas mediante un convenio marco de la Organización Mundial de la Salud, en la vereda de enfrente una carpa alberga a unos 60 productores tabacaleros de cuatro continentes. Antonio Abrunhosa, jefe ejecutivo de la Asociación Internacional de Productores de Tabaco (ITGA), explicó a FM Gente cuáles son sus pretensiones.
Dos de los puntos del Convenio Marco para el Control del Tabaco (CMCT) son los que más preocupan a los productores: una prohibición de los ingredientes de los cigarrillos (artículos 9 y 10) y la implementación de alternativas para sustituir el cultivo de tabaco (artículos 17 y 18). El principal argumento de los productores para resistirse a tales medidas es que impactarán “irremediablemente” en las fuentes laborales que genera el sector pero no hará que los fumadores abandonen el vicio.
“Somos productores pobres, nos ha costado mucho venir acá”, dijo Abrunhosa, molesto porque la OMS no les ha permitido asistir en calidad de oyentes a la Cuarta Conferencia de las Partes (COP4), que se desarrolla en el Conrad. “¿Cómo se va a reglamentar un sector sin conocerlo?”, agregó, tras alegar que no protestan contra las medidas que los países adopten para frenar el consumo, sino en los dos puntos relacionados con las formas de producción.
“Sobre el consumo no tenemos posición, pero la prohibición de ingredientes es lo mismo que prohibir los cigarrillos de mezclas tradicionales y eso determinará una caída de la demanda de hoja de tabaco Burley y Oriental”, explicó. Añadió que, a modo de ejemplo, una reducción en la demanda de estas variedades podría reducir en 20% la economía de Malawi.
El productor, de nacionalidad portuguesa, agregó que en el mundo hay más de 30 millones de cultivadores de tabaco, al tiempo que 3.6 millones de personas dependen del cultivo de tabaco en apenas cinco países africanos. Aseguró, además, que la OMS no ha encontrado alternativas pero insiste en que las medidas que propone el CMCT no tendrá impactos significativos.
“Somos la gente que más sabe de alternativas. Sabemos lo que ha funcionado y lo que no, hace diez años que decimos a la OMS que podemos colaborar, pero no quieren ninguna opinión que no sea la suya”, aseguró. Finalmente advirtió que este es un “problema grave” y que la OMS “no puede quedarse sólo con la agenda de los países ricos. Éstos no pueden decirle qué hacer a los países pobres”.
En la asamblea general de la COP que comenzó este lunes, delegados de varios países admitieron la necesidad de buscar alternativas contundentes para mitigar el impacto de la aplicación de las directivas que rechazan los productores. Sin embargo, varios subrayaron que buena parte de estos productores se escudan en la protección de las fuentes laborales siguiendo “las estrategias” de las grandes industrias tabacaleras para frenar el impulso de los países que buscan controlar su consumo.
Este lunes el ex presidente Tabaré Vázquez expuso, en conferencia, cómo convirtió a Uruguay en el primer país latinoamericando y quinto del mundo en ser libre de humo de tabaco. Terminó su exposición con una ovación del público -unas 700 personas- que se puso de pie para ofrecerle un cerrado aplauso.