Está relacionado con el caso de González Bica, uno de los narcotraficantes más importantes del país. Falsificó un documento que le permitió a este acceder a la prisión domiciliaria para posteriormente fugarse, luego de haber sido detenido con 400 kilos de cocaína en una falsa ambulancia. También está relacionado con el secuestro de una mujer en Maldonado y con una anterior agresión a un hombre: “Lo saqué del hospital de Maldonado y fue horrible, lo exploté todo”, había dicho sobre ese episodio.
Matías Campero, residente hace más de cinco años en Maldonado, tenía dos antecedentes penales cuando fue imputado por nueve delitos en una misma audiencia el 22 de junio de 2023. El fiscal Ignacio Montedeocar le imputó un delito de secuestro, un delito de privación de libertad especialmente agravada por las amenazas y las sevicias, dos delitos de justicia por mano propia, entre otros relacionados con la misma situación.
La historia comenzó cuando fue estafado por 3000 dólares por Pablo Bergaló, un falso constructor de cabañas, y quiso “hacer justicia por mano propia”. Nunca radicó una denuncia por esta estafa. El 15 de junio viajó desde Montevideo a Maldonado, junto a otras tres personas, para buscar a Walter Pérez, un hombre que trabajaba para Bergaló. El mismo asistía al refugio del Mides y a través del programa Accesos trabajaba en el hospital de Maldonado.
Los cuatro hombres encontraron a Pérez en los vestuarios del centro médico y lo retiraron del lugar contra su voluntad. Lo llevaron a la fuerza en su automóvil y comenzaron a golpearlo exigiéndole que les dijera dónde podían encontrar a Bergaló. “Era agredido salvajemente durante el recorrido”, relató el fiscal Montedeocar en la audiencia a la que accedió FM GENTE.
En determinado momento pararon el vehículo, se bajaron y continuaron agrediendo física y psicológicamente a Pérez. Uno de ellos lo golpeó con un bate de béisbol. “Le decían que lo iban a matar, que le iban a pegar un tiro. Campero obligó a Pérez a decir que pagaría la deuda generada en cuotas de $10.000 mensuales y que debía hacer la obra”, dijo el fiscal.
De esta situación, los hombres grabaron videos que fueron difundidos por whatsapp donde se lo ve a Pérez siendo golpeado y “notoriamente ensangrentado en su rostro y prendas de vestir”, indicó. “A su vez existen audios donde era golpeado y obligado a repetir lo que se le decía pudiéndose escuchar en uno de ellos a Campero que dice “¿cuánto vas a pagar?” a lo que Pérez responde con la voz quebrada 10.000 pesos”, relató el fiscal.
“Más adelante se escucha que Pérez dice ´si si´ con lo que le quedaba de voz y Campero dice ´si si no, si señor´”, continuó.
“Con la voz que ya casi no se le escuchaba”, dijo Montedeocar, Campero obliga a Pérez a repetir: “Campero, voy a hacerle toda la obra al Mati porque si no me matan, decí´” y él repitió.
Luego, lo bajaron en la ruta pasando La Capuera, totalmente desnudo y sin su teléfono celular.
El fiscal relató otros mensajes de audio que habían sido enviados por Campero a contactos suyos. En uno de ellos, por ejemplo, dice: “Había girado plata para la construcción de una cabaña y para recuperar la plata tuve que secuestrar a quien me había hecho eso. Lo fui a buscar de una. Lo saqué del hospital de Maldonado y fue horrible, lo exploté todo”. También dice que el auto quedó llenó de sangre y que tuvo que ponerse a lavar el BM haciendo referencia al BMW.
Luego de este hecho, Campero continuó buscando a Pablo Bergaló, por lo que ideó un plan. Contactó por la red social Facebook a quien ofrecía la construcción de cabañas haciéndose pasar por otra persona y concretó un encuentro. Dicho encuentro se pactó para la mañana del 20 de junio y asistió Aristegui, allegado a Bergaló, con la pareja de este último, una chica de apellido Batista. La excusa del encuentro fue que querían hacer una entrega de dinero por el trabajo solicitado.
El punto acordado fue en Camino Lapataia. Cuando llegaron al lugar, la mujer permaneció dentro del vehículo y Aristegui fue quien se bajó del mismo.
Los tres hombres que habían ido comenzaron a preguntarle por Bergaló con agresiones físicas y verbales. En ese momento Batista se trancó en el auto y les dijo que ella era la novia del hombre buscado y que podía hacerlos llegar a él. Fue allí que comenzaron una serie de audios y textos entre ella y su pareja, de los que participó activamente Campero, que entre otras cosas le decía a Pablo que tenía media hora para pagarle o iba a matar a su pareja.
En esos mensajes, según relató el fiscal, se puede escuchar que dice “mano, trae la plata porque me la llevo de una”. “No me tranca la policía, no me tranca nada, te la mato y voy preso, no me interesa”. A las 12 del mediodía le manda un mensaje de texto a Bergaló que dice “me la llevé”.
Posteriormente dejaron a Aristegui y resolvieron mantener retenida a la mujer a quien Campero le dijo que iba a tener que prostituirse y que trabajaría para él. La subieron en la camioneta y se fueron rumbo a Montevideo. En el camino hacia la capital, Aristegui denunció la situación y la Policía inició una persecución hasta que finalmente logró detenerlos en Parque del Plata.
Luego de conocerse el episodio del secuestro y antes de la audiencia del 22 de junio donde se relataron cómo habían ocurrido los hechos, la madre de Campero se dedicó a hablar con los medios de comunicación, entre ellos FM GENTE, para decir que su hijo era inocente y que la estafa por la construcción de la cabaña había sido hacia ella (algo que en ningún momento se menciona en la audiencia). Incluso manifestó delante de las cámaras, fuera de la sede judicial de Maldonado, la injusticia que se estaba cometiendo con su hijo vea la nota anterior.
FALSIFICACIONES
En esta causa donde se le imputaron nueve delitos Campero fue defendido por la abogada penalista Mercedes Acosta, ahora con prisión preventiva durante 120 días por falsificación de documentos. Fue la abogada del narco Juan Antonio González Bica, quien consiguió la prisión domiciliaria gracias a que ella presentó un certificado médico apócrifo y luego este se fugó.
Certificado que hizo Matías Campero por un valor cercano a los 100.000 dólares y por el que ahora es investigado, por la fiscal de Drogas Mónica Ferrero, como líder de una red donde falsificaban documentos que permitían a presos acceder al beneficio de la prisión domiciliaria amparándose en problemas de salud que no existían o que no tenían gravedad.
El propio Campero, que debía cumplir 150 días de prisión preventiva, accedió a la prisión domiciliaria por uno de estos documentos 30 días después de su imputación. Siguió moviéndose con tobillera y realizando las maniobras por las que cobraba alrededor de 50 mil dólares. Buscaba profesionales habilitados que pudieran "firmar por él" y que también están siendo investigados por Fiscalía.
Campero se ha hecho pasar por abogado y también ha fingido ser médico. En alguna oportunidad llegó a atender en un hospital de Montevideo.