Un joven de 22 años, poseedor de profusos antecedente penales, perdió la vida la madrugada del miércoles en la Ruta 39, mientras tripulaba una moto de alta cilindrada que había sido robada de una residencia de Piriápolis. Ahora se investiga si él la había adquirido, si alguien se la había prestado, o si fue protagonista del robo -junto a otros delincuentes-, que reportó un botín de aproximadamente $ 900.000.
Pablo Javier Karamanukián de 22 años, perdió la vida en el entorno de la hora 3.00 de la pasada jornada, cuando por razones no aclaradas aún, perdió el dominio de la Honda CBR 1000 c.c. que conducía por la Ruta 39 en dirección a la ciudad de Maldonado.
Por varias horas la policía de la seccional 6ª no pudo identificar al fallecido que, seguramente se desplazaba a alta velocidad, ya que incluso saltó un largo trecho para volar sobre un alambrado a unos 50 metros de distancia del último impacto; llevaba consigo la documentación de la valiosa moto, pero no documentación personal.
El trabajo de policía Técnica permitió horas mas tarde identificarlo a partir de una gran cantidad de tatuajes que tenía en su cuerpo; se trataba de Pablo Javier Karamanukián, un joven pero conocido delincuente de la ciudad de Piriápolis.
Paralelamente se pudo llegar al propietario de la moto, un hombre que se encontraba en Montevideo y rápidamente viajó a Piriápolis; allí encontró su finca desvalijada, ya que además de la Honda 1000c.c. le habían robado una cantidad impresionante de efectos, todo lo que fue evaluado en unos $ 900.000.
En la casa, prácticamente solo quedó una costosa camioneta Zuzuki, cuyas llaves también fueron robadas, tal vez con la intención de ser llevada en otra ocasión, antes del próximo fin de semana.
Ahora, los efectivos de la seccional 6ª de Maldonado, procuran saber de donde venía el joven fallecido, si fue protagonista del robo en Piriápolis, pero además y en ese caso, si lo protagonizó solo o con más delincuentes.
Redactado: R.A.