Juan Carlos Linera Escalante, un hombre con antecedentes penales que igual había recibido la confianza de su empleador, un comerciante argentino, marchó a la cárcel nuevamente por un delito de hurto, informó el subcomisario Joe López García.
El comerciante argentino, propietario de un negocio en Gorlero (foto), Punta del Este, había depositado en Linera toda su confianza. Le había dado las llaves del comercio, del vehículo con el que trasladaban muebles desde Montevideo para ser vendidos en el balneario, el manejo de las alarmas y cámaras de seguridad del negocio. Como si fuera poca demostración de confianza en su empleado, le había franqueado libremente y sin límites el acceso, además del negocio, a su propio domicilio.
Un faltante de 7.000 dólares de su comercio le advirtió al empleador que estaba ante un problema, pero como sospechaba que habían sido sustraídos por alguno de sus empleados, en principio no quiso formular la denuncia. Pero luego notó la ausencia de una suma idéntica de la caja fuerte de su vivienda.
Sin embargo, el haber notado la falta de dinero le empezó a notar otras cosas, como que también le faltaban un revolver Taurus calibre .38 niquelado, y una carabina Browning calibre .22. Esto le pareció motivo suficiente para concurrir a dependencias policiales y dejar asentada la novedad.
La policía inició la investigación interrogando a Linera. Según la confusa información policial, Linera habría elaborado al principio una estrategia disuasoria, al afirmar que hacía unos días había encontrado unas llaves que supuso eran de su empleador, pero negó que hubiese probado si pertenecían a la caja fuerte.
Linera no sólo negó en un principio ante la policía lo que sí había hecho, sino que hasta dio muestras de estar molesto al afirmar que “no cometería un hurto a la persona que me da trabajos y me auxilia con dinero”.
La estrategia de Linera se dio por tierra cuando la policía interrogó al comerciante argentino que lo empleaba.
En principio, dijo que él nunca había perdido las llaves que Linera afirmaba haber “encontrado”.
Indicó que había franqueado a Linera el acceso a la oficina de su comercio, y a su propio domicilio.
Cuando se le consultó por que demoro en formular la denuncia, el comerciante dijo que había sido porque desde un principio sospechó que había sido un empleado.
La policía decidió comparecer en la vivienda del Complejo B9 de la ciudad de Maldonado, donde vivía Linera, donde encontraron casi todo lo que le faltaba al comerciante argentino.
Incautaron 10.600 dólares, 620 pesos argentinos, varios proyectiles de armas de fuego, varias armas de fuego, todo escondido en diferentes lugares de la residencia.
La juez letrado de cuarto turno Penal recibió los resultados de la investigación policial y, analizados los hechos, dispuso el procesamiento con prisión de Linera Escalante, poseedor de antecedentes penales en el departamento de Rocha, por un delito de hurto. El dictamen de la magistrada sugiere que todo lo que Linera se llevo del comercio y domicilio del comerciante argentino, lo hizo en un solo acto.