El alto consumo de alimentos ultraprocesados en Uruguay preocupa al Gobierno por su impacto nocivo en la salud, ante lo cual prevé un proyecto de ley que regule el etiquetado para que, al comprar, se haga una elección consciente y acertada. En paralelo, se estudia diseñar una contracultura en defensa de la alimentación sana, con predominancia de frutas y verduras, claves para combatir enfermedades crónicas no transmisibles.
El ministro de Salud Pública, Jorge Basso, puso énfasis en la necesidad de trabajar en los cambios de hábitos de los uruguayos para evitar el desarrollo de enfermedades crónicas no transmisibles, como la obesidad, hipertensión, diabetes, afecciones cardiovasculares y otras.
Por ello se avanza en el Programa de Alimentación Saludable a nivel escolar, logrando avances en algunos de estos aspectos que tienen un fuerte componente cultural, donde el hogar y el sistema educativo juegan un papel importante, añadió Basso en rueda con medios de comunicación.
“Hay toda una cultura de la comida rápida, de saciarse el apetito e interpretarlo como una alimentación adecuada. Hay que elegir los alimentos, hacer énfasis en la alimentación sana, en el consumo de frutas y verduras”, explicó.
Las últimas encuestas indican que los uruguayos vienen disminuyendo el consumo de frutas y verduras, en un país productor que tiene la posibilidad de cambiar esta realidad. “Para nosotros la alimentación saludable es uno de los ejes de trabajo”, aseguró.
En línea con esa acción educativa, el ministro encarará, pese a su complejidad, el aspecto vinculado a alimentos ultraprocesados y sus altos niveles de consumo. Explicó que estos productos, por sus costos, invaden los mercados, por lo cual es importante identificarlos con precisión.
“Vamos a trabajar para generar un proyecto que regule el etiquetado. Aprovecharemos las experiencias que existen en el mundo en busca de la más apropiada para que una persona vaya a un supermercado y pueda identificar cuáles son los alimentos con alto contenido de grasas, de azúcares y de sal”, dijo. Eso permitirá tomar una decisión con la mayor información disponible posible.
“Son temas de fuerte componente cultural. Debemos generar una contracultura que las personas se tomen su tiempo para alimentarse, que elijan lo que van a consumir, que no sea un tema menor ver qué llevan a sus casas para alimentar a sus hijos”, insistió.
Basso entiende fundamental dar información y acompañarla con una política de comunicación a través de la cual insistir en forma permanente para lograr una alimentación sana, lo que implicará el necesario apoyo de los medios de comunicación.
Añadió que, del modo que nos alimentemos, condiciona de qué cosas nos vamos a enfermar.
“Si tenemos una alimentación saludable, seguramente podremos prevenir muchas enfermedades”, agregó.
Esas acciones son parte de los Objetivos Estratégicos que presentó el Ministerio de Salud Pública este viernes 18 en la sede de la Secretaría de Estado.