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Ante la consulta de si Darío Pérez fue compañero, De los Santos respondió categóricamente: “Sí, fue”. “Genera dolor que esté en el Partido Nacional”, confesó en diálogo con la Contratapa de la Revista de FM GENTE.

“Un tipo que fue luchador…Un hombre que tenía una gran sensibilidad, la debe tener ¿no?, la debe canalizar por otro lado”, expresó.

“Hay tener cuidado con la política, con el daño que hace en la gente y cómo se trasunta. No voy a hacer un análisis de Darío, pero me genera dolor (…) porque dedicamos parte de nuestra vida a un objetivo y no logro comprenderlo. Pero ta, a veces no me comprendo yo, no voy a hacer psicoterapia para otro”, manifestó.

GOBIERNO DEPARTAMENTAL

Sobre el gobierno departamental, el exintendente de Maldonado dijo que el ingeniero Enrique Antía “consolidó un partido bajo su mando donde no hay quien le haga cosquillas siquiera, porque Blás no llegó ni a los convencionales”.

“A Antía no le gusta que opinen y no ayuda a generar espacios de diálogo. Creo que está más grande y eso le complica más, se pone más rígido”, apuntó.

Además, dijo que el intendente tiene una causa “cuasi personal” con él. “Creía que estaba muerto”, expresó, y agregó que le hizo cuatro juicios para eliminarlo como oponente político: “Juicios por haber hablado mal de él cuando dije que se había enriquecido, y se había enriquecido, no quiere decir que fuera de forma ilegal, y se tuvo que retractar para no abrir la declaración jurada y eso lo molestó mucho en su ego”.

“Él no puede sentir que un peón, un pintor, al dueño de la estancia le vaya a mirar a los ojos y le diga ‘usted se enriqueció’ y esa molestia lo transmutó a la persona, al gobernante, y lo transformó en más feroz y tiene una ferocidad bestial que lo llevó a los cuatro juicios”, señaló.

De los Santos afirmó que se estima que esos juicios le costaron a la Intendencia 250 mil dólares: “Un cuarto de millón de dólares que tenían como objetivo golpear al Frente Amplio y destruir al Flaco De los Santos y a todo su equipo”. “Y perdió Antía, no pudo matar al Frente Amplio”, subrayó.

Aseguró que existe “monopolización del poder” y que la influencia cultural “que tiene ese poder político es bestial y trasciende lo político electoral”.

“El Partido Nacional en el interior tiene un concepto de feudo de las intendencias”, afirmó. “El manejo, a veces, del concepto del ciudadano, de las libertades individuales y colectivas, como si fuera el intendente un dueño de gran estancia (…) se generan redes que son insalubres para la democracia, que conspiran contra la institucionalidad, entonces la gente se va acostumbrando de que el intendente haga lo que quiera, pero eso no es lo que debe ser”, apuntó. “Y eso es lo que culturalmente hay que transformar y no necesariamente se resuelve con un gobierno solo de otro signo”, agregó.

“Lleva mucho tiempo cambiar esas culturas y creo que el papel de la izquierda, entre otras cosas, es trabajar con los más amplios sectores en ese sentido y que el Estado sea un instrumento al servicio de dar garantías con igualdad de derechos y oportunidades al conjunto de la población e incentivar mecanismos de control ciudadano, aparte del institucional. Acá en Maldonado se les ha ido la mano con eso”, criticó refiriéndose a la gestión de Enrique Antía.

Señaló que la principal motivación de la izquierda en el interior es que “desplace ese concepto feudal del Partido Nacional e instale una concepción más democrática”.

GOBIERNO NACIONAL Y NUEVAS GENERACIONES

Sobre los jóvenes dijo que “los que vienen van a ser mejores que nosotros”. “Tienen otras sensibilidades que nosotros no teníamos”, afirmó, y agregó que la lucha de sus ideas era “rígida y dura”.

“Si bien hay sectores donde hay una violencia extraordinaria, hay grupos de jóvenes que solos saben comunicarse cuando hay términos de tranquilidad”, opinó. “Tienen más autenticidad que nosotros, son más genuinos y tienen menos traumas”.

Sobre el gobierno nacional dijo que “hay dos proyectos de país” y que la coalición que está gobernando es el “nuevo herrerismo” y “se está llevando al Partido Colorado puesto y al centro político también”.

“El presidente Lacalle Pou es un gran comunicador y comunica desde alentar a la gente que estamos en el buen camino y que la gente sufra sus consecuencias, es un campeón en materia de comunicación”, opinó.

SU VUELTA

“Sé administrar triunfos y derrotas, ese no es el problema. Lo que nunca he aprendido a administrar es el no estar en donde no tengo que estar. Nunca lo he sabido hacer y no lo quiero aprender después de viejo”, expresó.

Para las próximas elecciones de octubre “siento que tengo que estar y al margen de que me hayan convocado, siento que es una batalla que no puedo dejar de dar más allá del resultado”. “Son esos momentos de la vida donde hay que estar”, sentenció.