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A modo de ejemplo, Orrico señaló que, en lo que va del siglo XXI, el promedio de homicidios anuales en el país es similar al registrado hace veinte o treinta años, con poco más de 200 casos. Pero además, remarcó que entre el 85 y 90% de estos crímenes se da entre personas conocidas y no durante asaltos, lo cual también debe considerarse a la hora de hablar sobre inseguridad.

En cuanto a la responsabilidad de los adolescentes en la totalidad de delitos del país, recurrió a cifras de Naciones Unidas para remarcar que apenas el 5% son protagonizados por menores de edad.

“Esa es una cifra fácilmente comprobable si uno ve cuántas personas llegan al Poder Judicial. No hablo de cuántas entran y salen, sino de las que llegan al juez, en cifras que figuran en la página web del Poder Judicial. Luego del despegue brutal que se dio a partir de la crisis de 2002, estamos volviendo a niveles de participación de adolescentes similar a los del año 2000”, observó.

Además, Orrico opinó que “a la prensa le falta profundidad en las cosas que informa” y debería recordar estos aspectos cuando informa a la población sobre índices delictivos. “Como decía Onetti, pero que la mentira es la verdad sin alma. Yo tendría que tener idea de cómo y dónde se producen esos 203 homicidios anuales”, comentó.

ACCIONES EN MALDONADO

El legislador expuso ayer sobre seguridad y minoridad infractora, de len una actividad organizada por Asamblea Uruguay, de la que también tomó parte el edil de ese sector Roberto Airaldi, presidente de la Comisión de Seguridad de la Junta Departamental.

Airaldi consideró, esta mañana en FM Gente, que el legislativo departamental debe tener más incidencia en todos los temas vinculados a la seguridad, que va desde los problemas del tránsito hasta los problemas de robos.

En este sentido, afirmó que uno de los cometidos de la Comisión de Seguridad es iniciar reuniones con autoridades de diferentes áreas, en procura de soluciones. Mencionó experiencias exitosas a tener en cuenta en ese sentido, como la gestión del barrio Biarritz y la Candelaria que coordina con la policía y tiene niveles de control superiores a otros puntos de la capital departamental.