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Mientras los partidos de oposición procurarán imponer temas como la seguridad, o la educación, el gobierno tiene la fortaleza de dominar el escenario decidiendo entrar en esa disputa, o ignorarla dedicándose a comunicar bien lo que en las dos administraciones del Frente Amplio entienden que se hizo bien pero no se comunicó bien.

Busquet analizó la decisión del congreso del Frente Amplio de elegir al ex presidente Tabaré Vázquez y a la senadora Costanza Moreira como precandidatos, y lo hizo reflejando lo hecho por ex mandatario en 2004.

Recordó que Vázquez logró el liderazgo del Frente Amplio asumiendo primero posiciones de moderación, pero luego ubicándose a la izquierda.

“La primera competencia en el Frente Amplio fue entre Tabaré Vázquez y (Danilo) Astori, y Vázquez la ganó poniéndose a la izquierda de Astori”, dijo.

Afirmó que después de eso vinieron gestos como un pedido de Vázquez a George Bush para que le ayudara en la disputa con Argentina, y su posición contraria a la legalización del aborto, que levantaron resistencia de los sectores más izquierdistas del Frente Amplio.

¿VALIÓ LA PENA?

Chasqueti dijo que hoy hay “una buena parte del electorado del Frente Amplio” que se preguntan si valió la pena todo el esfuerzo que se hizo en la acumulación de fuerzas para llegar al gobierno al analizar la forma cómo gobernó el Frente Amplio en los últimos dos períodos.

Completó esa constatación, con una conclusión, que la designación de Costanza Moreira como precandidata a la Presidencia compitiendo con Vázquez, forma parte de una estrategia de contención de la eventual fuga de votos por izquierda, hacia Unidad Popular.

Arévalo hizo la síntesis señalando que Vázquez y Moreira compiten por espacios de poder, cooperando, y apuntó que Costanza Moreira tiene a su favor que estará instalando el papel de una mujer compitiendo por la Presidencia de Uruguay, lo que seguramente despertará interés en muchos electores.

LOS ESPACIOS TRADICIONALES

José Pereira, que condujo la mesa redonda con Alexis Cadimar, preguntó si la candidatura de Luis Lacalle Pou no se comportó también como un dique de contención de sufragios que se iban del Partido Nacional al Partido Colorado, a votar a Pedro Bordaberry.

Chasqueti no sólo convalidó esa interpretación, sino que adicionó el dato de que desde que Lacalle Pou lanzó su candidatura, Bordaberry dejó de crecer, y también el Partido Colorado.

Arévalo dijo que los candidatos no podrán cometer errores en la campaña, y recordó que Lacalle Pou ya cometió un error que Larrañaga capitalizó instantáneamente a los tres días. Se detuvo en afirmar que Larrañaga adoptó en la elección de 2004 un discurso similar al de Vázquez, y que en 2009 “se le pegó” a José Mujica, y afirmó que habrá que ver qué hace esta vez.

Buquet dijo que Larrañaga esta vez tiene más claro en términos de estrategia que tiene que ser más opositor y menos acuerdista, porque Lacalle Pou le puede sacar ventaja si le regala el papel de opositor.

Chasqueti anticipó que habrá puja por el espacio político en la interna de centroderecha entre el Herrerismo y el sector de Lacalle Pou, y calificó de “muy buena” la idea de Larrañaga de visitar Finlandia como trampolín para liderar con el tema educación en la campaña.

Buquet opinó que lo importante es apropiarse de los temas, dijo que Bordaberry “primerió con el tema de seguridad al meter su propuesta de bajar la edad de imputabilidad”, y “Larrañaga que no apoya esa visión del tema seguridad, está tratando de apropiarse del otro, el de la educación como su tema prioritario”.

¿DÓNDE ESTÁ EL BATLLISMO?

Los tres analistas reflejaron un consenso respecto a que al Partido Colorado le está faltando el ala socialdemócrata, el Batllismo tradicional, porque el sector Propuesta Batllista, Proba, luce con dirigentes que están mucho más identificados con los sectores más liberales del coloradismo, como las listas 14 y 15.Chasqueti puntualizó que el Batllismo es la socialdemocracia.

Arévalo descontó que con el fuerte liderazgo de Bordaberry, el Partido Colorado va a crecer en la medida que capte votos de los sectores más conservadores del Partido Nacional.

Chasqueti apuntó que el crecimiento de Bordaberry parece haber tocado su techo, y que la única opción de crecer que le va quedando es captar los electores más conservadores del Partido Nacional que se puedan sentir afectados por el liderazgo de Larrañaga. Matizó que si gana Lacalle Pou van a tener una carrera más pareja por ganar electores de centroderecha.

Dijo que la oposición va tratar de imponer en la campaña los temas que piense que significarán un costo electoral para el gobierno, pero que el gobierno tendrá la carta de ignorar los temas que no le convengan, no entrar en la defensa, y salir en cambio a consolidar en el discurso los que considere logros que no han sido bien comunicados hasta ahora.

El PAPEL DE LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS

Todos coincidieron en que las redes sociales van a jugar un papel decisivo en las próximas campañas, internas de junio 2014, nacionales de octubre 2014, y departamentales de junio de 2015.

También consensuaron que los candidatos deberán cuidarse mucho cómo repercuten sus actos y comentarios en las redes sociales, porque es un instrumento nuevo, instantáneo, donde se pasa de la comunicación de uno a uno, a la de todos a todos.

Arévalo sentenció que “cada uno de nosotros tenemos en nuestro poder un medio de comunicación”.

Apuntó que “el celular graba, saca fotografías, sube a las redes, videos e información, que puede ser compartida por miles de personas en pocos minutos”.

Recordó que "la campaña de Bordaberry en el 2004 fue extremadamente moderna, tomó mucho de lo que en el concepto de política fue Política 2.0, en el concepto de la WEB 2.0. Cómo la comunicación tradicional era uno a uno; hoy es todos a todos".

Acotó al respecto que "lo que usó muy bien fue las comunicaciones interpersonales, los líderes de opinión. Ese interlocutor personal recibe el mensaje del líder y lo transmite a su propia red, su nodo, y empieza a derivar hacia otros seguidores. Esta construcción de redes sociales fue muy novedoso con Obama".

"En el 2009 los líderes uruguayos quisieron usar las redes sociales pero hicieron escaparates, una foto y poco más. Pedro hizo un ida y vuelta de lo que fue la mensajería y la comunicación", concluyó.