Las principales modificaciones conductuales y emocionales observadas en los niños, niñas y adolescentes (NNA) durante la pandemia, refieren a signos o síntomas vinculados al espectro depresivo y ansioso, según el tercer módulo de la cosecha de invierno de Nómade Comunidad Consultora al que accedió FM GENTE. El trabajo sistematiza la información recabada en diferentes instancias por Nómade, desde el inicio de la pandemia hasta la última cosecha de invierno del 2021.
Teniendo en cuenta lo referido a los signos o síntomas vinculados al espectro depresivo y ansioso, el informe sostiene que corresponde un análisis global de las mismas que permita comprenderlas en el contexto de una crisis mundial sostenida en el tiempo y pensarlas desde la mutua interacción, trascendiendo el registro aislado de cada una.
En conjunto, tales manifestaciones dan cuenta de dificultades regulatorias y organizativas en áreas como la afectividad, lo fisiológico, lo conductual, lo relacional y la construcción de su personalidad en tanto individuo capaz de elaborar y narrar de forma coherente su propia historia, la memoria biográfica que sostiene su “sí mismo”.
Además, el informe señala que las familias -y los hogares- no están preparados para sostener el entretenimiento permanente, lo cual provoca desgaste en las personas adultas que comparten la convivencia, al tiempo que se revaloriza el rol de las instituciones educativas, de los centros de cuidado y la labor docente.
A su vez, las mujeres quedaron expuestas durante el confinamiento no obligatorio a mayores situaciones de violencia intrafamiliar debido, en parte, a la poca respuesta estatal que se brindó en ese contexto.
Según el género del padre o madre, la preocupación en torno a su hijo o hija
Teniendo en cuenta los diferentes estudios de nómade, el informe señala que las mujeres hacen más énfasis en los trastornos en las pautas de sueño y alimentación que los padres. Estos, en cambio, se muestran más atentos a los problemas de sociabilización de sus hijos/as y a la falta de energía para “hacer cosas” dándole una connotación más vinculada a lo físico y más volcada hacia el entorno.
En lo que respecta al género de las personas encuestadas y las diferencias en aquellas modificaciones de conducta o emocionales que describen en sus hijas e hijos, se pudo constatar que las madres detectan más signos y síntomas emocionales y conductuales que los padres y son más proclives a señalar dificultades vinculadas con la afectividad y los estados de ánimo.
Los padres reparan más en la socialización de sus hijos e hijas y en los problemas orientados a la esfera de la acción, preocupándose por la reducción en las interacciones y en la energía para desarrollar actividades en el ámbito público. La diferenciación tradicional de los roles de género asocia al ser masculino con el mundo de lo público y la provisión de bienes al hogar y al femenino hacia los cuidados, las tareas domésticas y lo privado.
Esta percepción que difiere entre padres y madres se traduce en la subjetivación de las pautas asociadas al género, es decir, a los mandatos de género asociados al ser mujer y ser varón que repercute en las formas de ser madre y padre.
TRES MODULOS, TRES TEMAS CENTRALES QUE HA DEJADO LA PANDEMIA
El primer módulo, llamado Educación en la virtualidad, profundiza en las nuevas implicancias que trajo consigo esta nueva forma de asistencia a las aulas, mediatizado por una pantalla. En lo que refiere al aprendizaje, se reconfigura el vínculo entre estudiantes y docentes, y entre familias y docentes. A su vez, el uso de tecnologías se ve atravesado por una sobreexposición a los medios digitales; no solo el aprendizaje se ve intermediado por el mundo digital, sino también el ocio y la comunicación. El manejo de las nuevas tecnologías se vuelve primordial para la educación en tiempos de encierro y, a su vez, el acceso a internet pasa a ser imprescindible.
El segundo apartado, denominado Convivencia intergeneracional, profundiza en la transformación de los vínculos de los NNA con sus referentes familiares. El confinamiento repercutió en una reconfiguración en la interna de los hogares (seguro de paro, teletrabajo, desempleo) por las nuevas disposiciones de tiempos y tareas.
Por un lado, así como aumentó el tiempo de convivencia entre los y las integrantes del mismo núcleo, tanto mujeres como NNA han quedado expuestas a mayores situaciones de violencia. La atención que reciben los NNA es variable y el tiempo libre que tengan las personas adultas, así como su situación emocional, son factores de incidencia. Por otra parte, se acentuaron las desigualdades de género debido a las nuevas dinámicas familiares, en relación a la distribución de las tareas asociadas al cuidado y mantenimiento de las condiciones del hogar.
El tercer módulo se titula Cambios emocionales y conductuales durante el contexto de pandemia en los NNA. A través de las diferentes cosechas, en las que se recabó la percepción de padres y madres, se pueden detectar cambios significativos en los NNA que repercuten en todas las áreas de la vida cotidiana. A su vez, esta percepción es distinta según se trate de la mirada del padre o de la madre. Los roles de género y las concepciones de maternidad y paternidad modifican los aspectos a observar frente a la conducta de sus hijos e hijas.
Por otra parte, la percepción que expresan respecto de los NNA a cargo es distinta de acuerdo a la situación socioeconómica y educativa de las familias. Contar con las mediciones que realiza nómade - cosechas - permite comparar estos resultados enmarcando cada una en una etapa y un contexto diferente frente a la pandemia.
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