El dato forma parte de las estadísticas “preliminares” que se dispone a divulgar el Ministerio de Salud Pública el 17 de julio en el Día de Prevención del Suicidio, según adelantó el diario El País.
El año pasado murieron en el país 731 personas a causa de lesiones autoprovocadas.
Cada 100.000 habitantes, hubo 20,63 suicidios lo que constituye una centésima más que en 2002 cuando se produjo una crisis bancaria que pasó la tasa que se ubicaba en 15,04 a 20,62.
Cabe recordar que ya a finales de los ’90 existía un programa de Salud Mental definido como “prioritario” por las autoridades de la época, aludiendo a un comportamiento de la población uruguaya que se proyectaba como inquietante.
El año pasado las autoridades de la salud señalaron que la pandemia de covid-19 afectó más severamente al personal de salud, por el estrés; las personas que viven solas debido al aislamiento y las que tenían enfermedades preexistentes y lo que se sumó un aumento en las consultas de salud mental y uso abusivo de sustancias.
El Ministerio de Desarrollo Social (Mides) hizo saber que una de cada cuatro personas que vive a la intemperie tiene problemas de salud mental y nueve de cada diez padecen el consumo de alcohol y pasta base.
Por otro lado quienes se asisten en refugios del Mides, tres de cada diez sufren trastornos de salud mental, mientras que cuatro de cada diez, hacen uso nocivo de sustancias.