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"Yo me encontraba trabajando en el heladería Fredo, cuando vinieron dos chicas a pedirnos ayuda y si podíamos llamar al 911 o a la cardiomóvil porque había un señor tirado en el piso que no respondía, entonces lo primero que hice fue salir corriendo, cruce la calle y llegué hasta donde estaba".

Continúo su relato: "Me di cuenta que no era un desmayo ni algo normal porque el señor no tenía signos vitales, no respondía. Lo primero que hice fue llamarlo por el nombre, pero no me respondía. Le tomé el pulso, no tenía pulso y ahí ya dije, es tan paro. Empecé a hacer las maniobras de RCP y traté de pedir un desfibrilador a la gente que me rodeaba, pero nadie tenía".

Mientras continuaba con sus tareas de RCP, contó que "luego vinieron los chicos de Tienda Inglesa, que fueron los que me consiguieron el desfibrilador, al mismo tiempo que un automóvil que frenó, cuyo conductor vino ayudarme".

La chica con conocimientos en primeros auxilios fue fundamental en esta tarea y junto al conductor que prestó su colaboración, narró que "intercambiábamos sin parar con el masaje continuo y pusimos el parche sobre el pecho del paciente e iniciamos la descarga y luego se siguió haciendo el masaje con ayuda de un policía que llegó justo..."

Agregó que luego a los 10-15 minutos "llegó la Cardiomóvil, lo atendieron en el momento pero ahí ya estaba estable y se lo llevaron al sanatorio Cantegril".

Cinthya reconoció que "justo dio la casualidad que ella tenía los conocimientos gracias a la escuela de enfermería y al doctor Federico Machado y a Fermín que nos dieron las clases de RCP y también a la jornada cardiológica que asistió en The Gran Hotel, que eso también me ayudó un montón".

Asimismo extendió el agradecimiento al licenciado Gonzalo Sosa y Gabriela García que nos brindó clases también de RCP.

Por su parte, el paciente continua internada en el CTI del sanatorio Cantegril y al parecer el familiar director que tiene en la zona es su esposa que lo acompaña ya que el resto de la familia vive en Canadá.