Eduardo Marquéz, vecino de Montoya, se quejó de los continuos ruidos que provoca una obra. Dijo a FM Gente que resolvió regresar a Buenos Aires, porque no quiere “enfermarse”, por hacerse “mala sangre”. También informó que un inquilino entregó un apartamento a causa de esta situación.
Marquez, un abogado argentino que veranea en Montoya, dijo que el ruido que se genera en una obra de la zona “es tan insoportable” que decidió regresar a Buenos Aires.
“Prefiero pasar mis vacaciones en Buenos Aires que con ese trépano o martillo hidráulico que con ese ruido, que es insoportable”, a tal punto que el sábado, a las 17 horas, decidieron grabarlo y aportaron el registro a FM Gente.
“No sé si irán o no los inspectores de Maldonado algún día, para cotejar que eso es insufrible… No se puede estar”, agregó.
Indicó que la ventana de su dormitorio “está a unos 10 metros” del taladro que provoca el ruido. “Me vine a Buenos Aires porque esto hace mal a la salud… Es imposible. Yo tuve un cáncer por mala sangre y no lo pienso repetir”,
“Me parece que tienen que modificar una serie de cosas. Para empezar, esto no pueden hacerlo en temporada… Creo que está prohibido hacer excavaciones y demoliciones en el área de Punta del Este entre diciembre y marzo. Pero si le llegan a poner una multa, van a seguir haciéndolo, sin ningún problema. Pero a la tercera multa, tendrían que clausurar la obra… Esto es ‘un viva la pepa’”, subrayó.
Marquez indicó que la obra estuvo en marcha hasta diciembre y ahora se retomó el 2 o el 3 de febrero. “Es sobre playa Montoya… Cuando compramos ahí era una playa muy linda. Decían que estaba entre las 10 mejores del mundo. Estaba prohibido llevar perros. Había un cartel y se lo llevaron. Ahora está lleno de perros, lleno excrementos… Los chicos juegan con ellos. Los perros hasta tienen sexo en la playa. Lo tenemos filmado. Es una cosa de locos”, señaló.
“Vaya usted a bajar un perro en una playa de Brasil…A los 10 minutos el ponen la multa, a la segunda vez lo ponen preso a usted y al perro. O en Estados Unidos. No es América Latina, es América ‘letrina’. Así nos vamos a ningún lado, Y no es que me queje de todo. Compré una propiedad para estar en una playa que estaba, teóricamente, entre las diez mejores del mundo y hoy por hoy es un desastre. Tienen baños para seres humanos pero no para perros. Los perros están prohibidos y por eso no ponen baños… Hay que ir a las playas habilitadas para perros, para no tener perros encima. Está todo al revés… Los mejillones que llegan a la playa, se pudren y hay un olor a podrido infernal. Y ahí están. Realmente para mí terminó: no sirve más esto”, añadió.
Señaló que también esto ha generado problemas en los alquileres de los apartamentos. “Se fue el inquilino. Dijo que no puede estar más acá… Lo arreglan con plata, supongo yo. Como es una empresa que tiene muchas inversiones y dinero, lo van a arreglar con plata. Pero no todo en la vida es plata”, afirmó.
Indicó que “Maldonado vive todo el año de dos meses de turismo. Me parece que lo menos que tienen que hacer es respetar al turista, a la gente”.