Un curso semanal, grupal y confidencial, apunta a modificar las conductas de los hombres violentos en Maldonado. El ámbito de reflexión, inédito en el departamento, sostiene que los varones pueden controlar sus emociones y "retirarse" a tiempo.
El Centro de Estudios sobre Masculinidades y Género es una asociación civil sin fines de lucro, con sede en Montevideo, integrada por un equipo de profesionales de la salud, comprometidos con la equidad de género y especializados en estudios sobre varones y masculinidades con enfoque de estudios de género. Desde el sábado pasado comenzó a ofrecer en Maldonado su servicio de atención a hombres que quieren dejar de ejercer violencia, que es gratuito y confidencial.
El programa se ejecuta desde hace dos años en Montevideo y será replicado en Maldonado, mediante un mecanismo de trabajo grupal con frecuencia de dos horas semanales. El lugar de las reuniones no es de conocimiento público y los participantes acceden contactándose por correo electrónico ([email protected]) o en forma telefónica (091 069 526) para conseguir una entrevista personal.
“El primer paso es reconocer que es violento, porque en nuestra sociedad la violencia del hombre está naturalizada. Que el hombre pegue un grito o golpee la mesa parece parte de su naturaleza, pero esos comportamientos son aprendidos, son parte de la cultura, por lo cual se pueden desaprender a partir de la visualización de los impactos negativos que tienen para el entorno”, señaló a FM Gente el coordinador de la actividad, Omar Maresca.
“Los hombres niegan la violencia, la minimizan, culpan a la otra persona o hacen cómplice al resto de ese acto violento”, agrega. Por eso se intenta identificar el proceso violento, el ámbito y las circunstancias en que se produce.
“El enojo es una emoción pero la violencia es un comportamiento, éste es una decisión que nosotros tomamos. Cuando el hombre está por ejercer violencia, tiene que ejercer el retiro. Cuando siente que está llegando a ese momento de riesgo, se retira. Es importantísimo trabajar estos aspectos, porque si un hombre se retira cuando identifica un incipiente acto violento, se puede salvar una vida.”
Maresca remarcó que ya no se habla más de “crímenes pasionales” sino de “feminicidios”: “son crímenes que suceden por considerar a la mujer como una cosa o como una propiedad del hombre y no respetarla en toda su dimensión humana”.
En este contexto, enfatizó que los hombres violentos tienen “una resistencia muy importante” a asumir la responsabilidad de sus actos, al punto que muchos llegados al grupo por orden judicial continúan negando su violencia al cabo de cuatro sesiones. Entonces, son expulsados.
El coordinador explicó que la ONG “no es terapéutica” y trabaja a nivel educativo con niños y adolescentes para que se entienda la relación igualitaria entre el hombre y la mujer. “Trabajamos con hombres pero el fin último de nuestro trabajo es la seguridad de niños y mujeres”.
Más información sobre la ONG y sus servicios en: http://www.masculinidadesygenero.org/