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Social 16:07

Víctima de violación grupal se quitó la vida tras años de lucha

“Sigue habiendo algo en mí que todavía no curé y que lo llevo adentro desde hace 12 años”, había dicho Milagros en una entrevista que brindó a FM GENTE. Quería darle voz a su historia y ayudar a que otras personas no pasaran por lo mismo. En esa oportunidad dijo que estaba logrando “un poco de justicia social”, ya que el caso había prescripto para la justicia penal.

El 29 de diciembre de 2022 Milagros brindó una entrevista en FM GENTE. Fue el primer año que se animó a hablar. Habían pasado 12 años desde el día en que fue invitada por un amigo y compañero de inglés a la casa de otro joven. Milagros tenía 15 años y, como cualquier persona, confiaba en su amigo. Cuando llegó al lugar, en el edificio Parquemar de Punta del Este, había cuatro chicos más. Excepto uno de ellos, que tenía 18 años, el resto eran alumnos del Colegio Maldonado y tenían 17 años.

Enseguida le ofrecieron alcohol, que la shockeó, y fue al baño sintiendo que se iba a desvanecer. “Estaba en una situación de vulnerabilidad y no podía controlar mi cuerpo”, contó.

Uno de ellos ingresó al baño y, de esa situación y de lo que siguió, tuvo destellos de memoria, que son eventos que se quedan grabados en la mente debido a la intensidad emocional.

“Yo sentía que era un muñeco, que era manipulada a su criterio. Hicieron conmigo lo que quisieron”, contó.

Al día siguiente Milagros sintió una sensación que nunca más volvió a experimentar, “tan horrible”, y que deseó que nadie más sintiera. “Espero que nunca más, ninguna mujer, tenga que volver a sufrir algo así”.

Expresó que estaba “totalmente desgarrada por dentro y por fuera”, “además de la vergüenza y la culpa” que la acompañó durante 12 años, y que son dos sentimientos que suelen experimentar las víctimas de violencias.

Milagros tenía 27 años cuando habló en FM GENTE. Se había recibido de licenciada en Trabajo Social y ya no vivía en Maldonado. A los 18 se mudó a Montevideo. Había sufrido acoso, por parte de sus abusadores y del entorno de estos, desde la violación hasta ese entonces.

“Me pusieron un apodo, ´la cinco´, y hasta el día de hoy pienso en la crueldad que tuve que vivir”, lamentó. “Si salía a algún lado, a una plaza o a un baile, me sentía observada y acosada. No fue solo el suceso traumático de la violación, sino también todo el después”, añadió.

Durante la violación Milagros fue filmada y fotografiada, y esos registros fueron compartidos en el entorno de sus abusadores. “Maldonado es muy chico y ellos eran una barra grande”, señaló. “Era ir a un lugar y sentir que se reían de mí, yo lo que quería era desaparecer de la faz de la tierra”, expresó.

EL SILENCIO DE LAS VÍCTIMAS

Movimientos feministas recientes como el #Metoo, No estás sola y El silencio se acabó, intentan brindar apoyo y coraje a las víctimas de violencia sexual para que se animen a denunciar lo que sufrieron. Fue gracias a estas redes de contención que han surgido que Milagros se animó a contar lo que llevaba oculto desde la adolescencia.

“Toda mi familia y mis amigos se enteraron este año (2022)”, reveló, y agregó: “Las víctimas de violencia de género demoran mucho en hablar”.

“Yo era infeliz y no sabía porqué. Ahora recién me estoy liberando y sintiendo un poco mejor. Intenté siempre sentir que eso no me había pasado, lo bloqueé para seguir adelante”, contó.

Dijo que se sentía avergonzada y culpable, que se reprochó constantemente haber ido a esa casa ese día y haber tomado alcohol. Hasta que entendió que no era responsable de la situación: “No fue consensuado. El estado en el que yo quedé, casi desmayada en el suelo, no hay posibilidad de que haya sido (consensuado)”.

Con 15 años Milagros no se sentía preparada para enfrentar un evento tan traumático y la angustia “la carcomía”. A los 27 años sintió que contaba con las herramientas necesarias para denunciar la violación de la que había sido víctima. Pero el camino no sería fácil. “Sigue habiendo algo en mí que todavía no curé y que lo llevo adentro desde hace 12 años”, había expresado.

Recibió apoyo psicológico y psiquiátrico, comenzó a tomar antidepresivos, acudió a la Justicia y a diferentes lugares para asesorarse, “pero sinceramente no me sentí muy contenida ni apoyada”, admitió.

“Duele horrible la mochila con la que cargué por 12 años. En ese momento no existían las redes de contención que existen hoy en día y muchas situaciones de abuso que han ocurrido me han dado el coraje y la valentía para decir ´yo también quiero contar mi historia´”, manifestó en esa oportunidad.

Escribió un posteo en sus redes sociales denunciando lo que había vivido y su publicación tuvo una gran repercusión. “Me di cuenta que había mucha gente que estaba de mi lado, me hizo bien sentirme acompañada, y me dio la fuerza que preciso para encarar algo de este nivel”, señaló.

“Estoy reviviendo lo que viví cuando tenía 15 años. Recién lo estoy afrontando y redimensionando”, expresó en ese entonces.

Milagros tenía 30 años y el pasado viernes decidió terminar con su vida. “Espero que esto sirva para darle voz a tantas otras personas que sufrieron cosas similares. Es parte de mi cometido. Quiero que cualquier persona que haya sufrido una situación parecida a la mía se anime a hablar, tal vez más en tiempo y forma, y no tantos años después”. “Por lo menos con esto estoy logrando algo, un poco de justicia social, aunque no haya justicia penal”, había dicho en la entrevista con FM GENTE.

“Quiero que esto repercuta a nivel general, como sociedad, y dejar un mensaje: que dejemos de naturalizar estas cosas y que las víctimas dejen de sentirse culpables y avergonzadas”.



Si querés denunciar una situación de abuso sexual:
Línea Azul (desde teléfonos): 0800 5050
Línea Azul (desde celulares): *5050



Por Paola Díaz.
Entrevista: Alexis Cadimar y Diego Hernández.
Foto: @feminismo.uruguay

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