Vidaplan justificó el despido de 70 trabajadores en un “profundo análisis de la gestión y desempeño de las unidades de negocios” de la empresa en los últimos meses. Afirmó que el cierre del Casino Mantra, la “fuerte caída” de ingresos en temporada y la “crisis” que atraviesa el sector hotelero no dieron chance a otra decisión.
El “profundo análisis” reveló, según la empresa, la necesidad de hacer “una reorganización operativa y de gestión” para asegurar “la calidad del servicio, la eficiencia de las unidades de negocio y salvaguardar la mayor cantidad de fuentes de trabajo posibles”.
“La eficiencia y eficacia de la organización estará garantizada por la permanencia de personal que resulta valioso por su compromiso con el servicio, la atención al cliente y el orgullo de dar lo mejor de sí al equipo. Así como por la constante inversión que se realiza en los dos emprendimientos vinculados a la actividad de la compañía”, considera la firma en un comunicado emitido a última hora de este lunes.
Sobre esa base, adelanta que “sin perjuicio de otras medidas decididas” resolvió despedir al 20% de sus trabajadores. El resto “de la fuerza laboral “estará comprometida con la calidad de su labor en la empresa y conservará sus actuales niveles salariales”.
Vidaplan también confirmó que el hotel Mantra y el casino Nogaró conservarán su funcionamiento durante todo el año, “procurándose prestar un servicio de excelencia a partir del redimensionamiento implementado”.
LAS BASES DE LA DECISIÓN
La transformación del Casino Mantra en una sala de temporada afectó al personal de la Dirección General de Casinos pero también al personal de Vidaplan que cumplía servicios de marketing, limpieza, alimentos y bebidas -entre otros- en el casino, argumenta la empresa.
Agrega que este verano se produjo “una fuerte caída de ingresos” porque la temporada 2014 se acortó, cayeron las ventas con respecto a la temporada pasada, se encarecieron los precios por diferencia cambiaria con la región (principal mercado de Vidaplan) y se endurecieron las medias económico-financieras de Argentina.
A esto suma un contexto de crisis de la industria hotelera “que es público y notorio”.