El diputado colorado Gustavo Zubía puso el caso del gremialista argentino Marcelo Balcedo para ejemplificar lo que a su juicio es errarle “al biscochazo” al aplicar el Código del Procedimiento Penal por los fiscales, que recurren a herramientas “abreviadas” en casos “pesados” como lo es lavado, contrabando y tráfico de armas.
Hablando en el programa “Momentos Antes” de Fm Gente, el legislador y ex –fiscal afirmó que no se trata de dos botellas de whisky, sino de delitos graves.
Zubía, que es vecino de Balcedo en la zona de Playa Verde (Piriápolis) recordó que el fiscal que inició la causa pidió 11 años y que al final se acordó con él 3 o 4 años, descuento de 7 meses en los que estuvo preso, que su arresto fuera domiciliario y encima se le devolviera dinero y autos que ahora están “emblanquecidos”.
A su juicio el nuevo CPP, la falta de fiscales y una línea ideológica que impregna el código, genera que pasen estas cosas.
La figura del arresto domiciliario es una herramienta para evitar la prisión preventiva que Zubía entiende no aplica para delitos complejos como ocurrió en el caso referido.
El argentino cumple, según el acuerdo judicial “un régimen de libertad vigilada intensiva” que implica: durante el primer año estar bajo “arresto domiciliario total”, y en los otros presentarse una vez por semana en una seccional teniendo prohibido salir de su casa por las noches.