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La especie franca austral se hace cada vez más presente en sus costas uruguayas entre los meses de julio y octubre, en su paso hacia el Atlántico Sudoccidental. Los ejemplares adultos alcanzan un largo promedio de 17 metros y un peso de entre 40 y 60 toneladas. Los cetáceos se encuentran protegidos por el decreto 261/002, que prohíbe acercarse a ellos sin autorización.

El subsecretario de Turismo, Remo Monzeglio remarcó la importancia de la temporada que abarca desde el mes de julio hasta octubre y que permite ver en la costa un gran número de especímenes.

Asimismo, afirmó que el turismo de avistamientos requiere de mucha paciencia y destacó el carácter sostenible de este tipo de turismo.

Por otra parte, el director general de Turismo de Maldonado, Martín Laventure, aseguró que las ballenas vinieron antes de tiempo porque “no saben de turismo” y destacó el interés de la población por este tipo de temáticas al concurrir al avistamiento de aves o la reserva de lobos.

Federico Zerbino, director de Turismo de Rocha, destacó la importancia de convertir el avistaje en un producto turístico y aseguró que el desafío más grande del turismo rochense es quebrar la estacionalidad.

En la jornada también se expuso un proyecto audiovisual de Leandro Borba, miembro de la ONG Fauna Marina, quien remarcó la importancia de prestigiar los lugares y la fauna del país.

Finalmente, Pablo Rubens Faget explicó que la ONG Renace de la cual es miembro, es la red nacional de asistencia a cetáceos.

“Nuestro mayor objetivo es formar una red en 600 kilómetros de la costa uruguaya de gente que este preparada para ayudar al gobierno y a los técnicos cuando ocurre un encallamiento o un varamiento de cetáceos. Cuando los delfines y las ballenas salen a la playa es porque tienen algún problema y ahí tenes que tener gente preparada para eso”.

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